miércoles, 31 de diciembre de 2014

1x02: Dios es mi copiloto



Antonio sale rápidamente desde el edificio. Sale caminando por el paseo Matías Cousiño, mientras la ciudad se despierta lentamente. Camina por Moneda hasta calle San Antonio, sube a un bus del servicio 203 rumbo a La Pintana y llama a Martín.
A03: oye, ¿qué onda con el mensaje?
M01: (muy preocupado) mataron a Rafael en medio de nuestra “visita”. Y, para justificar el acto, nos están culpando de esto.
A03: (con tono de sorpresa) ¿ya? ¿y cómo?
M01: (se pone a revisar un diario online) te voy a leer esto, atento: “Muere trabajador del Metro en confuso incidente”
A03: ¿y?
M01: (sigue leyendo) Joven trabajador del Metro fallece durante la madrugada, en confuso incidente. A esa misma hora, se reportó el ingreso de un individuo a las vías, al lugar donde los días anteriores se registró un atentado explosivo, que dejó siete muertos y una decena de heridos, en la estación Universidad de Chile. Autoridades no descartan nexo entre este homicidio, la intrusión a la “Zona Cero” y el acto terrorista.
A03: (se asusta) entonces, ¿qué mierda hago?
M01: mira (intenta tranquilizarlo), lo único claro es que acusaron recibo de nuestra entrada. Ya saben que nos metimos. Lo que no saben es quién entró y qué buscaba. Ahora, van a intentar encontrarle una explicación a lo que hicimos. Y por mientras, como burlamos sus medidas de seguridad, nos van a culpar. Por eso, tenemos que movernos con muchísimo cuidado.
A03: (preocupado) ¿y cómo mataron a Rafael?
M01: (apesadumbrado) lo ahorcaron y metieron su cabeza a la taza del baño.
A03: (sorprendido) guau. No quisiera saber cómo lo hicieron. ¿Sabes cuándo será su funeral?
M01: tengo toda esa información, pero no te recomendaría aparecerte por allá. Sospechan que el posible “culpable” intente aparecerse. ¿Dónde estás?
A03: voy en una micro por Santa Rosa hacia el sur.
M01: ojo donde te vas a meter.

Antonio sigue arriba de la 203, llega hasta Lo Blanco con San Francisco, se baja y camina algunas cuadras en medio de La Pintana. Mira su celular y ve que ya es mediodía. A pesar del sueño y el cansancio, sigue con cuerda para rato. Pasa a un Ekono del sector, se compra unos panes y una bebida y recorre el sector. Camina hasta Av. Los Morros, en medio de poblaciones y lugares populosos. Se da cuenta que está a un par de cuadras de la casa de la familia de Rafael. A pesar de la advertencia de Martín, decide hacer una visita al lugar. Antes, eso sí, pasa por el Cementerio Parque Sacramental, en San Bernardo, y compra un ramo de flores.
Camino a la casa de Rafael, logra contactarse con la madre de su amigo, quién le confirma que lo están velando en su casa y le avisa que irá a darle las condolencias. Pensó, mientras no se entere Martín, todo bien.
Llega a la casa de su amigo, el ambiente de pesar lo embargó a él también. Le bajó la culpa, ya que siente que él metió a Rafael en todo esto y lo expuso a su muerte temprana. Si hubiese armado el plan prescindiendo de él, tal vez estaría vivo y nada habría pasado. En la casa, saluda a los papás de Rafael, deja un ramo de flores arriba del ataúd de Rafael y empieza a hablarle al cuerpo.
A03: perdón por meterte en esto, hermano. Tú no tenías nada que ver en esto y mira donde te dejé, en un cajón y muerto. Tenías tanta vida por delante y yo, sin querer, te corté tus proyectos y tus planes.
En eso, le da unos golpecitos al ataúd y se da cuenta de algo. Suena hueco. Da la idea que estuviera vacío.
A03: oiga (le pregunta a la mamá), cuando les entregaron los restos, ¿fue en un ataúd sellado?
Mamá Rafael (MRA): (acongojada) en el Médico Legal nos pidieron un cajón y nos entregaron este completamente sellado. Pero mi hijo pidió que, cuando muriera, no lo vieran en la urna, así que no me preocupa esto. ¿Por qué pregunta?
A03: por lo mismo, porque como era su último deseo, igual era importante cumplírselo.
MRA: sí, me preocupé de esto.
A03: y lo van a enterrar en el cementerio supongo…
MRA: estamos viendo, él quería que cremaran sus cenizas y las arrojaran al Lago Llanquihue, en el sur, siempre al Rafita le gustó el sur, la brisa, así que voy a hacer eso.
A03: cualquier cosa, me avisa.
MRA: ya m’ijito, cualquier cosa, lo llamo. ¿Del mismo número que me llamó ahora?
A03: sí, el mismo
En eso, Antonio se asoma a la calle y ve un par de vehículos con balizas. Empieza a caminar, intenta subirse a un bus del Transantiago, y en eso, los autos aceleran la marcha e intentan cerrarle el camino al troncal. El conductor queda alterado y esquiva los autos. En eso, los vehículos empiezan a intentar pillarlo, algo que no es tan difícil, pensando que los buses están bloqueados a 60 km/h.
En eso, Antonio activa el pituto de emergencia de la puerta trasera, obligando a frenar el bus y colisiona con los autos que lo iban siguiendo. Aprovechando eso, arranca corriendo por Av. Los Morros hacia el norte, donde aborda otro bus del Transantiago, del recorrido 301c. Los autos que lo perseguían quedan atrapados en el choque, dándole algo de tiempo para escapar. Tuvo suerte que el conductor lo conocía, ya que habían trabajado juntos en la otra empresa. Antonio le pidió que se apurara, así que el chofer dio vuelta los letreros, apagó el rutero electrónico y corrió por Los Morros sin pararle a nadie. Y menos mal que nadie se bajaba antes de la Intermodal de La Cisterna, ya que no iba a detenerse a dejar o tomar pasajeros.
Llegando a la Intermodal, siguió su estela de suerte, ya que la autorización de ingreso del bus fue inmediata. A lo lejos, vio salir los autos con las balizas a la altura de Av. Lo Espejo, pero les perdió la pista al ingresar a la estación. Ya adentro, se despidió de su ex colega, y corrió por la construcción. No se dio ni cuenta y pasó al Metro, y dentro de ahí, se cambió de línea a la L4A.
Subió a un tren y, por dentro de él, corrió hasta adelante. En eso, llama a Martín y le comenta lo sucedido.
A03: ¿aló, Martín, estás ahí?
M01: (furioso) ¡Te dije que no te fueras a meter a la casa de Rafael, sabías que te estarían buscando!
A03: (intenta tranquilizarlo) averigüé algo importante
M01: (sigue furioso) ¡Eso no importa! Ahora tienes a toda la policía buscándote, te consideran el asesino de Rafael.
A03: ¿qué hago entonces?
M01: ¿para qué preguntas si terminas haciendo lo que quieres?
A03: tengo un dato clave, nos puede servir harto
M01: (se tranquiliza) ya, te voy a ayudar, los policías saben que estás en el metro, lo que no saben es si subiste a la Línea 2 o la Línea 4A. ¿En qué línea estás?
A03: llegando a Santa Rosa
M01: entendido. Bájate ahí mismo e intenta tomar un 216 por Américo Vespucio. Te bajas en Vitacura y ahí te vienes a la oficina.
A03: ¿no me descubrirán?
M01: te van a seguir la pista hasta el Metro. En ese punto son tantos los recorridos que pasan que se van a demorar en dar con el bus correcto. Te recomiendo eso sí que no pagues la micro. Y si sube Fiscalización, ahí inventas algo.
A03: entendido, me bajo y te aviso arriba del bus. (corta el llamado)
Antonio se baja, corre por las escaleras, y se le ocurre subir por otro acceso, más lejano a la parada del 216. Sabe que todo está siendo monitoreado, así que si sube por otra escalera, puede despistar con el recorrido que va a tomar después.
El bus se demora algunos minutos en pasar. En eso, ve a lo lejos por la caletera de Vespucio que pasan los vehículos de la policía. El corazón se le acelera, pero se tranquiliza al ver llegar el bus. El problema era que iba “En Tránsito a Servicio”.
A03: mierda, ¿qué hago? (toma su celular y revisa la aplicación con los tiempos de espera) “Próximo bus en menos de 5 minutos, siguiente entre 22 y 32 minutos”, ¡mierda!
Pero parece que Dios lo está acompañando en esta, ya que el bus para y el conductor le grita.
Conductor 216 (C216): ¡Hooooooola coleguita!
A03: (sorprendido gratamente) ¿Y usted, señor Espinoza?
C216: (le hace el gesto con la mano de que suba) vamos, ¿estaba esperando la 216?
A03: eeeeh, sí, ¡vamos!
Antonio sube al bus, y el 216 parte rápido en dirección al norte por la autopista.
C216: ¿y en qué andabas por acá?
A03: andaba en el funeral de un amigo, pa’l lado de El Bosque
C216: ¡qué lata!, ¿y de qué murió tu amigo?
A03: eeeeh, lo atropellaron, cerca de su casa
C216: ¡qué lástima!, ¿y era joven, tenía hijos, familia, algo?
A03: no, por suerte, no.
C216: ¿y qué hacía?
A03: trabajaba en el Metro
C216: ¿nada que ver con el cabro que mataron, o sí?
A03: (empezaba a mentir) no, trabajaba en otra cosa en el Metro, hacía el aseo
C216: dale, ¿y tú en qué andai?
A03: estudiando, trabajando, tengo una vida movida.
C216: ¡qué buena!
Iban casi llegando a Plaza Egaña, cuando por el lado miran al auto de los policías, Menos mal que en ese momento a Antonio se le cae el teléfono y se agacha, así que no alcanzan a verlo en el bus. Siguieron conversando de la vida, sobre el tema del atentado, empiezan sus teorías con el tema, hasta que, sin darse cuenta, llegan a Vitacura. Ahí se despiden y Antonio llama a Martín.
M01: ¿estás en Vitacura?
A03: sí, al frente de la Clínica Alemana
M01: ok, toma la 435 y te bajas en Quilicura. Acá te espero.
Antonio camina al paradero, toma la micro que se demora un poco en pasar, y al llegar a destino, se asoma por la ventana y ve a unos policías en auto escoltando el bus por la carretera. Se intenta tapar, pero se empieza a asustar cuando la máquina se sale de la autopista antes del enlace de Vespucio con la Panamericana, saliéndose de ruta. En ese momento, los autos siguen dentro de la vía rápida, avanzando, mientras la micro se entrampa en el taco de la caletera. Ahí, el conductor abre las puertas y aprovecha de bajarse. Camina en dirección al norte, por plena Ruta 5, y llega, sin darse cuenta, hasta el eje San Ignacio, al sector de los outlets. Ahí toma un taxi y aparece donde lo esperaba Martín.
M01: sí, los policías sabían que ibas a Quilicura. ¿Recuerdas que te dije que no usaras tu tarjeta Bip? Era para que no monitorearan tus validaciones y así no pudieran dar con tu ubicación.
A03: me olvidé, aparte igual el conductor me habría hecho show por subirme gratis en Vitacura. Y no tengo cara de flaite.
M01: (en tono burlón) claaaaro, si tienes la pura cara de cuico. ¿Qué tenías que contarme?
A03: hartas cosas, te tengo las fotos, las muestras, y un par de datos que podrían servirte.
M01: pásame las muestras y las fotos.
A03: (le entrega la GoPro y la bolsa con el trozo de plástico quemado) toma, ahí está todo
M01: descargo las fotos y te devuelvo la cámara, vamos a necesitarla de nuevo. ¿Qué más querías decirme?
A03: fui al velorio de Rafael, y vi algo bien raro.
M01: sí, aparte de los policías que te perseguían por todo Santiago, menos en tu escapada desde San Ramón hasta Vitacura. Buena suerte que te haya tocado un bus en vacío y con un conductor conocido.
A03: (aburrido) déjame hablar
M01: explícame qué sabes
A03: que el ataúd estaba sellado. Le pregunté a la mamá y me dijo que se lo entregaron así del Médico Legal.
M01: (con cara de curiosidad) y tu punto es…
A03: (lo mira fijo) es que pasé a llevar el cajón y… estaba vacío.
M01: (se sorprende) ¿vacío? ¿y el cuerpo?
A03: no sé, hay varias opciones. Que lo hayan escondido, que lo tengan en otro lugar, o lo peor de todo… es que no lo hayan matado, sino raptado.
M01: (piensa) mmm, ¿acompañando al teniente del Ejército dices tú?
A03: no sabemos si están relacionados, pero no me extrañaría, él manejaba tanta información del Metro que podría haber descubierto el atentado por sí solo.
M01: ¿les valdrá más vivo o muerto?
A03: yo creo que vivo, lo que sabe puede ayudarles a borrar las huellas del atentado, y lo que podría delatarlos.
M01: …y esa información también la manejamos nosotros, ahora sólo falta procesarla y poder armar nuestra teoría.
A03: ¿cuáles son los pasos a seguir?
M01: te tienen identificado, así que lo mejor es estar escondidos un rato. Eres un blanco fácil y súper rentable. Te van a acusar de la muerte de Rafael, debido a que fuiste el último que lo vio y fue él quien te ayudó a entrar al Metro. Te van a relacionar con eso y con el atentado, ya que te metiste a las vías a “modificar” el sitio del suceso. Ahora, hay que empezar a moverse con más cuidado aún.
A03: ¿y qué hago en este caso? ¿me voy del país, me escondo, me hago una cirugía, qué?
M01: no seas imbécil, sólo hay que ser discreto. Si hasta Paul Scheaffer se escapó de Chile sin que nadie se enterara.
A03: entonces…
M01: te vas a quedar conmigo en la oficina. Nuestro grupo de apoyo armó un dormitorio con todas las comodidades en el lugar, vas a tener conexión a todo, pero ojo, chao Facebook, chao Twitter, chao redes sociales. No podemos exponerte a que te sigan mediante georeferencias, ¿te acuerdas que lo mencioné?
A03: lo del celular y las aplicaciones…
M01: bota tu teléfono
A03: (molesto) oye, me costó caro
M01: mala suerte, es tu teléfono o tu vida. Así de sencillo.
Antonio se lo pasa de mala gana y Martín lo esconde en un refrigerador.
A03: ¡lo vas a echar a perder!
M01: (omite este comentario) leía que el tipo de Wikileaks logró esconderse durante un tiempo con esta técnica, llamando por teléfono desde un congelador, para bloquear las ondas de transmisión.
A03: (cambiando de tema) oye, ¿y cuándo me voy a ir a la oficina?
M01: lo antes posible
A03: ¿y puedo ir a buscar mis cosas a la casa? Sobre todo, necesito mi ropa y mi computador, tengo demasiada información valiosa ahí.
M01: difícil, es cosa de horas en que visiten tu casa y allanen todo.
A03: (se le ocurre una idea) pero podríamos mandar a alguien allá.
M01: tendría que ser rápido. Hablamos de un “ahora ya”.
A03: deja hacer una llamada entonces.
M01: la última, Y ojo. Nada de Facebook. (le entrega su teléfono)
A03: (marca un número que se sabe de memoria) ¿aló, Valentina? ¿Estás ahí?
V05: (asustada) ¿qué pasa? ¿estás bien?
A03: (hablando rápido) cortito Vale, necesito que nos juntemos urgente, que pases a buscar cosas a mi casa y me las traigas.
V05: ¿dónde estás?
A03: luego te cuento más. Por ahora, necesito que vayas a mi casa, recojas ropa limpia y mi computador. Sólo eso. Cuando lo hagas, me llamas y avisas, para ir a juntarnos.
V05: ¿pero qué pasó? Cuéntame más.
A03: cuando nos juntemos, te explico que pasa. Por favor, haz lo que te encargué.
V05: bueno, bueno, ¿a qué hora?
A03: juntémonos a las 5 en Plaza Italia, donde está Telepizza.
V05: ok, allá estaré. (corta el llamado)
A03: (a Martín) listo, coordinado.
M01: mira, te voy a dejar en la micro, te voy a pasar una tarjeta Bip! Hackeada para que puedas subir sin problemas. Retiras lo encargado y te vienes de inmediato a la Oficina en taxi. E intenta evitar los tacos.
Antonio se sube a un expreso de Quilicura a Plaza Italia y se junta con Valentina
V05: (corre a abrazarlo apenas lo ve) ¡Toñito! ¿Qué pasó?
A03: es una larga historia, pero ya habrá tiempo de explicar una por una las cosas. ¿Trajiste lo que te encargué?
V05: (muy ansiosa, le pasa un bolso) toma, acá encontré un bolso con tu notebook y tus cosas, pendrives y esas cosas. También te traje algunos calzoncillos, calcetines, ropa en general… pero explícame qué sucede.
A03: (tomando sus cosas) ya habrá tiempo. Sólo que me están culpando de algo que no hice y tengo que esconderme un rato.
V05: (se asusta) ¿te puedo ayudar en algo? Si quieres te escondo yo en mi casa un tiempo
A03: (la toma del hombro, tranquilizándola) no te preocupes, no quiero meterte más en problemas, ya he metido a gente que estimo en muchos atados por ahora.
V05: (lo tranquiliza) eres mi amigo, y uno por los amigos es capaz de arriesgar el pellejo. Pero cuéntame qué pasó.
A03: (mira para todos lados y baja el volumen) ¿supiste lo del que se metió al metro el otro día? Fui yo. El tema es que mataron a un amigo que trabaja en la central y están relacionando su homicidio con mi entrada a las redes.
V05: (lo mira fijo y se asusta) pero tú no fuiste, ¿cierto?
A03: obvio que no, salvo que pueda desdoblarme, y tampoco lo haría. Es mi amigo y me estaba ayudando a entrar al Metro.
V05: ¿y te puedo ayudar en algo?
A03: sígueme averiguando lo del niño hijo del aseador. Y, si te hacen cualquier pregunta, no me conoces, o no me ves hace mucho tiempo.
V05: te mantendré informado
A03: cualquier cosa, a mi mail, tengo acceso a él.
V05: ok, te mantendré al día (le da un beso en la frente)
A03: (mira hacia todos lados) me tengo que ir, no quiero que me encuentren acá. Chao (le da un abrazo y sale corriendo)
Antonio camina y se mezcla con el público del sector. Toma un taxi y se va directo a la oficina. Allá lo espera Martín junto a una chica, bastante atractiva, con un delantal blanco y unos lentes estilizados.
A03: listo, ya tengo todo, ¿dónde me instalo?
M01: primero, te quiero presentar a Daniela, ella está a cargo de toda la parte científica y peritajes. También entró al equipo investigando cosas que no cuadraban. Daniela, él es Antonio. Antonio, ella es Daniela.
A03: ¡hola Daniela! (se acerca a darle un beso en la mejilla y ella sólo le ofrece la mano)
D02: (muy cortante) bienvenido, soy Daniela, y Martín ya dijo de qué estoy a cargo. Tenemos reunión sobre los últimos acontecimientos. (Antonio retrocede)
M01: pasemos a la sala.
La sala era una sala de reuniones como cualquier otra, pero sin ventanas. En su reemplazo, tenía un par de monitores LED que iban informando distintas situaciones en tiempo real. En la mesa, rectangular, se sentó a la cabeza Martín, a su izquierda, Daniela y a su derecha, Antonio.
D02: analizamos químicamente los restos que trajo Antonio, junto con las fotos que enviaste, y ya tenemos una teoría sobre el atentado.
A03: yo también tengo mis sospechas, sobre todo por los antecedentes que tengo.
D02: dentro de las cosas que periciamos, sabemos que el tipo de explosivo utilizado en el Metro no está disponible en el mercado formal…
A03: ¿no es típico extintor de grupo anarco?
D02: precisamente. Además, empezamos a investigar y tampoco corresponde a explosivos de uso minero ni industrial.
A03: entonces…
M01: la teoría es que es un tipo de explosivo que utilizan las Fuerzas Armadas. Para ser específico, del Ejército.
A03: (sorprendido con el diagnóstico) y eso, se relacionaría con el secuestro, ¿o no?
M01: es lo que tememos, pero aún no está nada confirmado
D02: son demasiadas piezas sueltas en este puzle, todas deberían encajar, pero no sabemos cómo. Para eso queríamos un periodista. Son expertos en armar historias.
A03: (no sabía si tomarlo como un halago o como una crítica) yo también tengo una teoría algo disparatada: que secuestraron al milico en Antofagasta, le sacaron información clave de cómo robar explosivos y armaron el atentado en el Metro para sembrar el caos y lograr un rápido control del país sin mucho esfuerzo. Pero parece que he leído demasiados libros de conspiraciones.
Daniela y Martín lo miran sorprendidos
D02: es precisamente lo que creemos nosotros, pero nos faltan muchas piezas aún.
M01: el tema es cómo conectar el secuestro con el atentado de manera más concreta.
A03: yo ya he arriesgado mucho el pellejo por ahora. Más encima se suma la “desaparición” de mi amigo Rafael, que aún no sabemos si está vivo o no.
M01: como dijiste, vivo vale mucho más: se conoce todos los secretos del Metro. Les puede ser útil para intentar ocultar el atentado o para organizar otro más
A03: …aunque dudo que dé esa información de forma “voluntaria”
M01: me temo lo mismo, por eso tenemos que ser más rápidos para intentar recuperarlo. Los de la Organización no tuvieron problemas en poner una bomba en el Metro, menos les va a costar torturar a alguien para sacarle información
A03: (respira hondo) espero que no alcancen a llegar a ese extremo.
D02: lo que tenemos que buscar ahora, y concentrarnos, es en confirmar el nexo entre el secuestro y el atentado en sí. Sobre todo el cómo consiguieron los explosivos.
M01: yo, la verdad, no creo en un robo de dinamita. Sí en que “alguien” se la “prestó” para la ocasión.
A03: aparte que hay muchas weás mal hechas: si quiero ocultar algo, si quiero hacer pasar como real un atentado… no lo hago con un tren en vacío cambiándose de andén donde no debe, en el horario que no debe, en el metro de Santiago.
D02: dices que no hay un gran cerebro criminal detrás de esto.
A03: o que la poca prolijidad mostrada es intencional.
M01: (se levanta de la mesa) a trabajar entonces. Antonio, tú te vas a dormir. Necesitas descansar y ya mañana empezar a planificar lo que se viene. Daniela, puedes volver a tus labores
D02: (se levanta y sale a la puerta) permiso
Ahora ya el panorama está más claro: tienen dos hechos con una conexión demasiado tenue y débil. La tarea ahora es buscar un nexo más claro y comprobable entre ambas. ¿Pero cómo? Si hay gente de las FFAA metidas es más grave, y peligroso, de lo que se creía.
Antonio se fue a descansar luego de un largo día, escapando de soldados, escapando de la PDI, corriendo por todo Santiago, descubriendo nuevos antecedentes. Lo peor de todo: aún no se creía el cuento del agente secreto, a pesar que llevaba mucho rato haciendo ese trabajo en forma casual.

domingo, 28 de diciembre de 2014

1x01: Estación Terminal



Los días posteriores al bombazo transcurrieron tal como se esperaba: se decretó Estado de Excepción Constitucional, saliendo las Fuerzas Armadas a la calle. Se empezó a censurar a los medios, a controlar el internet, volvió el toque de queda. Mágicamente desaparecieron las fotos de Facebook, Instagram y Twitter del día del atentado. Y sobre el secuestro del oficial nunca más se supo. Antonio logró conseguir un chip de Claro con un vendedor ambulante y no perdió el contacto con Valentina. Ella retomó los talleres teatrales en Cerro Navia, e intentaba volver su vida  a la normalidad. Sobre la investigación, los días posteriores tenían acordonado el centro de Santiago, para realizar los peritajes correspondientes. Pero por estas casualidades de la vida, tenía un amigo que trabajaba en el área de monitoreo de Metro. Acordaron reunirse en la casa de Antonio, le llevaría información relevante.
Antes que eso, se juntaría con Valentina a tomar un helado, porque ella también tenía algo que contarle.
Partió a Cerro Navia a buscarla a sus talleres, y en la micro de vuelta, ambos conversaban sobre lo sucedido, y ella le entregó un dato fundamental.
V05: oye, uno de los niños del taller es hijo de un aseador del Metro que estaba a esa hora en el andén, y contaba cosas bien trágicas
A03: ¿pero al caballero no le pasó nada?
V05: no, por suerte no. Aparte del susto, nada más. Contaba que vio como, cuando el tren cambió de andén, empezó a salir humo y explotó el último vagón.
A03: ¿el último vagón?
V05: sí, algo así. No le pregunté mucho tampoco, no era la idea.
A03: (se le ocurre una idea) oye, y… ¿sabes el nombre del niño?
V05: (extrañada con la pregunta) no recuerdo bien… ¿y por qué tanto interés?
A03: (cambia de tema) no, por nada
V05: ah, de veras que estudias periodismo. ¿Estás pensando hacer un libro con la tragedia?
A03: algo así, pensaba… pero más adelante seguramente.
Llegaron al centro, pasaron a servirse algo a la carrera por ahí y luego se despidieron, pero antes…
A03: oye, me quedó dando vueltas lo que me dijiste del niño
V05: si quieres, me acompañas un día en el taller y puedes hablar con su mamá. Ahí, tal vez, consigues el testimonio del papá
A03: ¿podrías hacerlo?
V05: mira, yo vuelvo a Cerro Navia pasado mañana. Ahí, me acompañas, y conoces al niño y su familia.
A03: hagamos eso, te paso a buscar y allá aprovecho de conversar con su familia.
Antonio dejó a Valentina en la micro, y luego llamó a Martín.
A03: ¿Martín? Necesito reunirme contigo urgente.
M01: ¿has conseguido información?
A03: algo, pero ya tengo pensadas algunas cosas. Me reuniré con un viejo amigo que trabaja en Metro, él conoce los protocolos de seguridad y todo. No he podido entrar al Metro a revisar in situ cómo quedó la estación, pero ya se me ocurrirá algo.
M01: recuerda que estamos contra el tiempo
A03: tengo otro antecedente: la Vale me comentó que tiene un alumno en su taller teatral que es hijo de un aseador del Metro, y que estaba en el minuto del ataque. Y ya hay algo raro en su declaración.
M01: ¿qué cosa?
A03: habló de que salió mucho humo y explotó el último vagón del tren, pero cuando este tren hizo cambio de andén.
M01: ¿y?
A03: …en esa estación no hay por qué hacer cambio de andén. Y menos aún, cuando hablamos de un tren con falla que iba camino a Talleres.
M01: ya, hay que moverse rápido con más información. Ya hay muchas partes de la historia que no cuadran y tenemos que hacerlas calzar.
A03: más rato te llamo, me voy a juntar con mi amigo.
M01: ok, nos vemos (corta)
Antonio llega a su casa y llama por teléfono
A03: ¿aló?
Rafael (R07): buena Toño, ¿cómo estai?
A03: bien poh Rafa, oye, ¿nos vamos a juntar?
R07: voy para tu casa ahora, te llevo unas chelitas y unas cositas extra
A03: dale, acá te espero.
A los 10 minutos, aparece Rafael por la puerta, con una bolsa de supermercado, la que deja tirada en un sillón.
A03: hoooola, ¡adelante!
R07: ¿cómo estás? ¡Tanto tiempo!
A03: si poh, ¿qué ha sido de tu vida? ¿sigues trabajando en el Metro?
R07: (se tira al sillón) déjame descansar primero, sí, estoy allí, y estos días ha sido una locura, con lo del atentado
A03: ¿y se sabe cuándo reabrirán las líneas?
R07: las líneas 2, 4, 4A. y 5 van a funcionar esta semana, pero la Línea 1 le queda para rato.
A03: ¿les han comentado qué pasó?
R07: ¿la verdad? Hasta con nosotros han sido súper cerrados. Con decirte que no han dejado que el personal de planta de la empresa se acerque mucho, salvo a ciertos funcionarios.
A03: ¿y tú, pudiste entrar o no?
R07: sólo el primer día, a revisar los rieles y el tren siniestrado. Luego, ni nosotros podemos pasar. Lo más cerca que nos dejan llegar es a la estación La Moneda.
A03: ¿y tienen alguna teoría? Falla, atentado, error humano, ¿algo?
R07: claramente es un atentado. Además, hay harta cosa rara alrededor: un tren prácticamente nuevo que falla, es evacuado en Baquedano, llega a Universidad de Chile y cambia de andén. Ese cambio de andén se utiliza sólo en emergencias que ocurren allá mismo, pero no se justifica en un convoy camino a los talleres de Neptuno. Ni en el Centro de Monitoreo saben qué pasó.
A03: oye (escuchando atentamente), ¿y hay alguna posibilidad de entrar “a la mala” allá?
R07: difícil, porque lo están escoltando con militares y todo. Están ocultando algo. Pero igual se podría vulnerar, con algo de ingenio y un buen plan. Yo también me quiero meter allá, para sacar fotos. Además, los trabajadores del Metro igual están bien preocupados, porque nos afecta como imagen corporativa.
A03: sí, la credibilidad de la empresa se ha ido al suelo con tanta falla junta.
R07: echaron mucha gente, llegó mucha gente nueva y harto trabajador de empresa externa. Y tienen la cagada. Nadie fiscaliza, hacen la pega a medias, un desastre. Y ahora, esto. Hay que limpiar la imagen de los funcionarios.
A03: se me ocurrió una idea: ¿y si nos infiltramos como sea en el lugar? Yo conozco alguien que nos puede ayudar con el tema disfraces…
R07: ¿estilo agentes secretos? ¿Te creís James Bond? ¿O Hue-Bond?
A03: no, tipo “En Su Propia Trampa”: nos disfrazamos, obtenemos la información que queremos y salimos.
R07: mmm, tengo un conocido que trabaja en la empresa externa. Él nos puede conseguir la forma de llegar, por lo menos hasta la interestación entre la Chile y Santa Lucía.
A03: habla con él y coordinemos. Vamos a entrar lo antes posible.
El resto de la noche transcurrió entre cervezas, conversación sobre mujeres, cervezas, conversación sobre el trabajo y más cervezas. Al final, y por el tema del toque de queda, Rafael se quedó dormido en el sillón hasta el día siguiente, donde se fue directo desde la casa de Antonio hacia su trabajo, en las oficinas centrales del Metro.
Antonio, luego de esto, llamó a Martín pidiéndole que fuera urgente a visitarlo a su casa, a lo que el informático accedió. Antonio le comentó lo que averiguó con Rafa y le explicó, en resumen, su plan.
M01: ¡Perfecto Antonio!... pero, ¿cómo pretendes burlar la vigilancia militar en el Metro? Tienen fusiles, entrenamiento en combate. Y tú, sólo eres estudiante de periodismo. Ni siquiera hiciste el servicio militar…
A03: algo se nos ocurrirá. Además, tengo experiencia arrancando de las lacrimógenas en protestas y arrastrándome en espacios minúsculos evitando controles policiales. Y no les temo a los fusiles. Menos en un túnel sin luz.
M01: mucho cuidado Antonio, si tienes éxito en esta misión, vamos a tener gran parte del trabajo hecho. Por otro lado, ¿hablaste con Valentina por lo del hijo del aseador?
A03: sí, mañana la acompañaré a su taller y conversaré con su familia. Ellos deben saber algunos secretos del funcionamiento del Metro que no conocemos, y que complementan nuestra historia.
M01: por mi parte, sigo recopilando antecedentes. Estoy a punto de conseguirme imágenes claves. También me están juntando las fotos de redes sociales, y todas coinciden en que entró un tren vacío por el andén equivocado. Ahora hay que conectar todo y armar el hilo completo.
A03: yo conseguiré parte de la información que falta. Una consulta, ¿puedo contarle a Valentina la historia completa?
M01: aún no, igual he investigado su vida y, hasta ahora, no he encontrado nada que la ligue a ella o su familia a la Organización. Pero no es el momento. Igual su conocimiento en actuación nos puede servir mucho a la hora de armar misiones, ya que dudo que esta sea la única que necesitemos.
A03: ¿quieres tomar algo? Tengo jugo.
M01: no, gracias, me tengo que ir, estoy esperando algunas llamadas importantes.
A03: te llamo cualquier cosa
M01: listo, nos vemos

Rafael con Antonio se juntaron al día siguiente, para armar el plan para infiltrarse en el túnel.
R07: (saca una carpeta llena de planos y listas de tareas) mira, tengo todos los horarios del mantenimiento y aseo de las vías. Y hay un bloque horario donde es mucha la gente que ingresa, a pesar de que el sector afectado sigue aislado, con control militar.
A03: ¿y qué hacemos en ese caso?
R07: yo me encargo, me toca turno de noche en la Central de Monitoreo, así que yo te puedo dar instrucciones mediante códigos, y puedo sacar a los milicos un rato desde su guardia, ya que hay sólo un conscripto por reja de ventilación, pero nada más. Es bastante fácil entrar, más de lo que se creía.
A03: ¿y por qué tan poca vigilancia?
R07: deben creer que nadie intentaría meterse al Metro. Aparte, ya antes de todo la empresa era súper hermética en procedimientos e historias. Con decirte que se espantaron cuando se hicieron públicos parte de los códigos de comunicación internos.
A03: algo sabía, por eso manejan tan discretamente lo de los intentos de suicidio y las fallas.
R07: parece que, los que hicieron esto, se están aprovechando del secretismo que reina en la empresa y de la alta tasa de fallas de este último tiempo.
A03: entonces, ¿cuál es tu idea?

R07: te traje esto (saca de su bolsillo una credencial), te permite full acceso a una estación. Actualmente, el paso sólo está cerrado en Universidad de Chile, pero para eso, podemos entretener a los conscriptos un rato y te despejo el camino. (Abre su mochila y le pasa una bolsa con ropa) Este es el uniforme de los aseadores, llegas vestido y yo te doy la autorización para ingresar a los andenes.
En eso, Antonio recibe un llamado de Martín
M01: oye, ¿y cuándo entras?
A03: hoy en la noche, ya me puse de acuerdo con el Rafa, que va a estar trabajando en la central de Monitoreo.
M01: eso mismo te iba a decir, yo también te voy a ir haciendo un seguimiento. Ya logré hackear las cámaras y estoy viendo todo, (con fascinación) esto del Metro es un reality. Una pregunta, ¿tienes auriculares con bluetooth?
A03: sí, ¿por qué?
M01: para mantener contacto contigo en todo momento, seré tus ojos en la superficie.
A03: oye, pero adentro no hay señal de celular
R07: (escucha esta frase) en el túnel sigue funcionando la red de celulares. No me preguntes cómo ni por qué, pero funcionan y bastante bien.
M01: (escuchando esa acotación) y lo mejor de todo: no están intervenidas. Como no hay nadie que pudiese usar esa antena, la del metro de la Chile, no se les ocurrió pincharla para grabar conversaciones.
A03: entonces, estaremos en permanente contacto.
M01: y dile a tu amigo Rafael que también me estaré comunicando con él. Ya hablé con un colega suyo en la central, y tengo habilitada la línea telefónica directa, para que, ante cualquier cosa, te informemos de inmediato.
Antonio partió con Rafael rumbo a estación Los Héroes. Ambos ingresaron por una puerta especial, exclusiva para acceso de funcionarios. Ahí, ambos se encerraron en una oficina técnica, en el andén con dirección a Los Dominicos, a repasar el plan.
A03: ya Rafa, entonces, ¿cómo lo hacemos?
R07: mira, yo me voy corriendo ahora a la central de monitoreo. Apenas esté instalado en mi posición, te daré la orden para ingresar al túnel vía Whatsapp. Por mientras, intenta pasar desapercibido, dedícate a barrer los pasillos, y espera mi señal.
A03: entendido.
Antes de salir de la oficina, recibe un llamado de Martín
M01: oye, necesito pedirte otro favor, ¿vas preparado?
A03: sí, voy con una GoPro que me conseguí para poder fotografiar y grabar todo lo que sea necesario.
M01: mira, necesito que te consigas una bolsa tipo Ziploc y saques algún resto del vagón afectado, algo quemado, algo que sea de la zona de detonación. Queremos averiguar qué tipo de explosivo se utilizó en el atentado, porque tenemos una teoría, pero nos tenemos que asegurar con alguna prueba contundente.
A03: ¿y tienen como analizar esas cosas?
M01: pronto conocerás a parte del equipo, y sí, acá tenemos como. Atento a las instrucciones. ¿Y dónde estás ahora?
A03: en una oficina del metro Los Héroes, esperando que Rafael tome su puesto en la central de monitoreo. De ahí me va a mandar un Whatsapp avisándome cuándo es seguro entrar.
M01: listo, apenas llegue ese mensaje, me llamas y empezamos la operación Paparazzi
A03: (se ríe) el nombre ordinario eso sí
M01: (también lo toma para el chiste) en todo caso, pero no es mi trabajo buscar nombres creativos.
A03: oye, te tengo que cortar, voy a barrer la estación
M01: sácame toda la basura que encuentres.
A03: para eso estamos.
Antonio y Rafael salen de la oficina. Rafael sale corriendo al exterior para intentar llegar a la central, mientras Antonio se dedica a trapear el andén, cercano al punto de combinación con la Línea 2, y por ende, del túnel hacia La Moneda.
A su alrededor, todo anda más vacío que de costumbre. Con el toque de queda impuesto por la autoridad, la gente debe estar en su casa, a más tardar, a las 23:00. Por esto, el metro estaba cerrando a las 21:30. Y ya eran las 21:00.
Intenta pasar desapercibido trapeando el piso, una y otra vez, de lado a lado en un área de no más de 3 metros cuadrados. Estaba en eso, cuando, desde un vagón, ve llegar un grupo de soldados, en formación casi perfecta. Eran 12, comandados por un teniente. En eso, se va a un rincón y empieza a escuchar las instrucciones. Les ordenaron entrar al túnel apenas se vaya el último tren, y que hagan vigilancia en grupos de a 3 en cada rejilla de ventilación. Alcanzó a oír de que habían rumores de que querían ingresar a la “Zona Cero” para intentar borrar huellas del atentado, y que su trabajo era proteger el sitio del suceso. Incluso, lo que le asustó más, fue que les dieron la orden de disparar a matar si veían algún intruso. Se le aceleró el corazón a mil por hora, y no sabía qué hacer. En eso, suena el celular, llamando la atención de uno de los conscriptos de la formación. Antonio intenta hacerse el leso, y se va a un rincón a revisar. Era el mensaje de Rafael.
R07: (vía mensaje de texto) adelante.
A Antonio le bajó el temor. La amenaza de “disparar a matar” de parte del comandante del pelotón de conscriptos le hizo dudar de llevar a cabo su plan. Ante esto, se escondió en un rincón y llamó a Martín.
A03: ¿aló, Martín?
M01: ¿qué pasa? Ya hablé con Rafael y me dijo que te había dado el pase para entrar
A03: tenemos un problema: alguien sabe que queremos entrar.
M01: ¡mierda!, ¿y cómo supiste?
A03: acaba de llegar a Los Héroes un grupo de conscriptos comandados por un teniente, y él les dio la orden de disparar a morir si veían algún intruso en los túneles, porque tenía información de que se querían meter a alterar la zona, y posibles evidencias, del atentado.
M01: nos pincharon las líneas entonces. Mierda, ¿qué hacemos ahora?
A03: eso es lo que quiero saber, por eso te llamo, ¿alguna idea?
M01: hay que sacar a los milicos de ahí, ¿pero cómo?
A03: (se le ocurre una idea) tú dijiste que hay más gente involucrada ayudando, ¿cierto?
M01: sí, ¿por?
A03: se me ocurrió algo, es bien riesgoso en estas condiciones, pero creo que es lo único que podemos hacer
M01: cuéntame
A03: cuando hay protestas en el centro, siempre en el metro piden cerrar ventanas porque se cuela el gas lacrimógeno por las rejillas de ventilación, y si los guardias están instalados justo abajo… podríamos distraerlos haciéndolos toser hasta el cansancio
M01: es un riesgo igual grande, piensa que el toque de queda empieza en 10 minutos más, y con militares en la calle, es complicado hacer revuelta social.
A03: yo creo que hasta con un petardo de estadio los podemos tener entretenidos un rato.
M01: déjame llamar a un contacto. Tengo un amigo que es fanático del fútbol y es experto metiendo bombas de humo al estadio. Se pasea al plan Estadio Seguro como él solo.
A03: ¿alcanzamos por la hora?
M01: dame cinco minutos y te aviso
A03: ok, te vuelvo a llamar.
Martín toma su agenda de contactos y llama a un ex compañero del colegio, actualmente profesor de educación física, que fue su partner en los años de enseñanza media. Uno era el “cerebrito”, el otro el “cabecita de músculo”, pero se complementaron bastante bien.
M01: ¿aló, Ignacio?
Ignacio (I04): ¡hola! ¿cómo estás?
M01: oye, bien corto, ¿te acuerdas del proyecto que te hablé la otra vez?
I04: ah, sí, claro, ese que dijiste que me ibas a invitar a participar cuando se pudiera.
M01: sí, ese mismo. Bueno, ese “cuando se pudiera” es ahora.
I04: (se preocupa) ¿sí?, ¿y por qué tanto apuro?
M01: necesito tu asesoría “técnica” como barrabrava y campeón de pasearse al “Estadio Seguro”
I04: ¿sí? Pero ahora, como están las cosas, con lo del Estado de Sitio, la cosa está complicada.
M01: mmm, lo tengo claro, pero sólo necesito hacerte unas consultas
I04: (demostrando curiosidad) cuéntame
M01: ¿tú sabes cómo funcionan las bombas de humo?
I04: (más interesado aún, con un tono de malicia) ¿tienes ganas de hincharle las weas a estos milicos?
M01: (captando la idea) no, bueno, o sea, sí, pero no como tú crees
I04: cuenta, cuenta, cuenta
M01: necesito armar alboroto en el centro de Santiago, sólo para probar una teoría que tengo con todo esto del toque de queda
I04: ya, yo estoy en mi casa sí, y las “municiones” las tiene un amigo
M01: (eso no estaba en sus planes) mmm, lo necesito como “ahora YA!”
I04: (interesado en ayudar) cuéntame, ¿qué pretendes hacer?
M01: (planea algo rápido) necesito bombas de humo, petardos, y si es posible, polvo de extintor
I04: lo de los petardos es fácil, los tengo acá. El polvo de extintor se lo podemos robar a alguna micro, con un extintor alcanza. Lo de las bombas de humo es más complicado, porque no manejo acá en la casa.
M01: ok, ¿sigues viviendo en Barrio República?
I04: sí, al lado del metro
M01: (se le enciende la ampolleta) justo lo que necesitaba: necesito que intentes armar alboroto en la reja de ventilación del Metro Los Héroes, casi al frente de la Plaza Los Héroes
I04: ¿Línea 1 o Línea 2?
M01: Línea 1.
I04: ¿algo en especial?
M01: mucho polvo químico. Demasiado polvo químico. Necesito que dejes blanco el bandejón central de la Alameda.
I04: deja llamar a mis hermanos de la barra de acá del Centro, ¿en cuánto rato necesitas?
M01: lo antes posible. Ojalá antes que termine el toque de queda, no los quiero arriesgar.
I04: dale, eso haremos. Unos minutos y listo
M01: por favor.
I04: (entusiasmado) gracias por acordarte.
M01: y, apenas puedas, te pones en contacto conmigo
I04: chao, te aviso. (corta)
Martín llama a Antonio y le resume el plan
M01: apenas veas humo saliendo de las rejillas de ventilación, te pones un pañuelo en la cara y corres por el túnel, ¿entendido?
A03: entendido, ¿y qué mierda hiciste?
M01: (jactándose) mi abuelo decía “tener buenos amigos es mejor que tener plata en el banco”. Un par de llamadas y listo. Esperemos que resulte.
Pasaban los minutos y Antonio empezaba a impacientarse. Ya quedaban sólo 10 minutos antes del toque de queda y veía como los soldados daban vueltas de lado a lado de la boca del túnel, como gato enjaulado. Cuando ya se estaba aburriendo, y a punto de pescar el teléfono, escucha el sonido de pequeñas explosiones, como muchos globos reventando.
Soldado 1: (a su camarada, a la derecha) oye, mira p’arriba, ¿qué onda, se adelantó el próximo Año Nuevo?
Soldado 2: (mira arriba) no, no pasa nada.
Se sienten cómo los petardos explotan uno a uno, casi como si fuera un show de la Torre Entel.
Soldado 1: ¡pero mira weón, están tirando fuegos artificiales!
Soldado 2: (se sorprende) ¡oooooh, tenís razón!
En eso, cuando otro grupo de soldados se acerca a los que comentaban el tema de los petardos, se escucha un fuerte estruendo. Acto seguido, ingresa un tren a la estación Los Héroes, el que, al frenar, hace chillar los neumáticos provocando humo. Con esta maniobra, realizada vía control automático por Rafael desde la central, distrae a los centinelas un rato. Al intentar acercarse al tren, desde la superficie empieza a caer un tóxico polvo blanco, dejando a los soldados como verdaderos berlines con azúcar flor. Y un ataque de tos digno de un enfermo de tuberculosis.
Antonio observa la escena y, en eso, recibe un mensaje de Martín: ¡AHORA!. En eso, logra saltar la barrera que bloquea el paso desde el andén al túnel, movimiento que es notado por uno de los conscriptos, pero, en medio del desorden entre el polvo químico y el humo que dejó el neumático del tren, nadie sabe dónde se va. Producto de la adrenalina, Antonio corre, corre y corre. Sin mirar hacia atrás.
M01: (hablando con Rafael vía Whatsapp) bien, pudo pasar, bien
R07: sí, estuvo bueno el haber metido un tren a la estación y activarle en forma remota el freno de emergencia
M01: eso, y la talla de las bombas de humo nos dio tiempo para ingresar a la “Zona Cero”
R07: fue un riesgo, pero ya está adentro. Ahora, deja aislar las cámaras de La Moneda y Universidad de Chile, para que sólo nosotros sepamos dónde está.
Con la excitación del momento, Antonio sigue corriendo sin parar, sin fijarse donde está. Cuando logra notar su ubicación, casi choca de frente con lo que andaba buscando: el tren siniestrado por el atentado.
El panorama era desolador: fierros retorcidos, olor a quemado pegado en el ambiente. Se le venía a la mente la imagen traumática de gente corriendo, ensangrentada, y el humo por todos lados, cuando logró salir con Valentina de la estación sin un rasguño. Se sintió agradecido, y al mismo tiempo, un imbécil, por ponerse en riesgo en esta situación, la que sorteó de forma bien infantil. Tomó su GoPro, se la puso en la cabeza, y empezó a grabar todo a su alrededor: los focos trizados, los asientos derretidos, los destrozos provocados por la bomba al interior. Tuvo un problema eso sí: no podía sacar fotos sin flash debido a la falta de luz, porque el flash delataría su posición, a lo que Martín, vía Whatsapp, le mandó una aplicación para celulares que permitía tomar imágenes vía visión nocturna, para tener una idea de lo sucedido. Estaba en eso, revisando detalles del lugar, mirando cada cosa, cuando recordó el encargo de Martín: retirar algún trozo de material dañado, para realizarle análisis de laboratorio que permitan descubrir ciertas pistas. Miró bien, y encontró lo que buscaba: un pedazo del extintor utilizado como bomba. Ahí, debajo de un asiento, estaba el trozo de metal semiderretido, chamuscado por los bordes, que podría serle de gran utilidad. Tomó una bolsa plástica que tenía en su bolsillo, y con ella, usándola de guante, recogió la pieza, la echó a una bolsa Ziploc que sacó desde el gabinete de aseo de Los Héroes. Estaba en eso, grabando detalles por detalles, cuando suena su audífono bluetooth con un mensaje que lo dejó helado.
R07: (vía Whatsapp) CAGAMOS. SALE DE AHÍ AHORA.
En eso, empieza a escuchar tiros de guerra de fondo.
A03: ¡MIERDA!
M01: (le habla por el audífono) ¡nos descubrieron! ¡Tienes que salir de ahí como sea!
A03: ¿cómo mierda lo hago?
M01: (empieza a mirar monitores, y de a poco se los empiezan a desconectar) rápido, sale hacia la superficie, por la misma estación
A03: (muy agitado) ¿por qué salida?
R07: (le manda otro Whatsapp) ARTURO PRAT
A03: (corriendo por el andén, hasta el final) oye, Rafael me manda un mensaje que salga por Arturo Prat
M01: ¡no tengo acceso a las cámaras, me cortaron la señal!
A03: (sube la escalera, al nivel de las boleterías) algo debe haber en esa salida
M01: mira, lo que alcancé a ver antes que se cayeran las cámaras: el acceso a Matías Cousiño, donde está la galería comercial, quedó abierto. Sale hacia la galería, hacia la galería.
A03: ¡entendido!
Antonio sigue corriendo, llegó al último nivel. No sabía si hacer caso a la indicación de Rafael, o a la indicación de Martín. Se preguntaba: si Martín anunció que se quedó sin señal, ¿por qué Rafael le dijo por qué salida escapar?. Empezó a temer lo peor. Alguien estaba mintiendo. Al final, y con sangre fría, arrancó hacia Matías Cousiño, se pasó a la galería comercial, y logró subir a nivel de calle. El problema: la galería estaba cerrada. O sea, podía recorrerla entera, pero sin salir de ella.
A03: (susurrando, pero muy cansado) ¿Martín? ¿Martín, estás ahí?
M01: (preocupado) ¿dónde estás?
A03: (aún agitado) en la galería Santiago Centro, donde estaba antes el Banco del Desarrollo.
M01: (respira aliviado) por lo menos no estás en el Metro. Oye, de ahí te tengo noticias. Y no son nada buenas. Por ahora, debes intentar ponerte a salvo. Ya son las 12 de la noche.
A03: ¿recién las 12? Pensé que ya estaba a punto de salir el sol
M01: olvídalo. El problema es que, si te ven recorriendo por ahí, con el toque de queda, serías hombre muerto. Por mientras, lo único que se me ocurre es que te quedes en la galería dando vueltas, intentando pasar la noche. Y apenas la abran temprano, te vienes a la Oficina. ¿Conseguiste lo que te pedí?
A03: (se revisa los bolsillos y encuentra la bolsa con los restos de plástico) sí, acá están. Con las fotos tenemos problemas: salieron como el hoyo.
M01: ¿pero grabaste con la GoPro?
A03: sí, acá la tengo (se toca la frente para ver si tenía la cámara). Me había olvidado apagarla (la apaga)
M01: listo, tenemos lo que necesitamos por ahora. Intenta esconderte en algún lugar de la galería para pasar la noche. A primera hora espero tu llamada. (corta)
Antonio se sentía como el protagonista de “Una noche en el museo”, recorría las galerías, los cafés con piernas “y algo más” del subterráneo, las tiendas de ropa, etc. Al final, debajo de una escalera en el segundo piso, cercano a oficinas del Banco Scotiabank, se instaló a esperar. Al final, los ojos se le cerraban solos.
A las seis de la mañana del día siguiente, una trabajadora del aseo del lugar le movió el hombro y lo despertó. Antonio toma el teléfono y llama a Martín, él no le contesta el teléfono. A los minutos, recibe un mensaje de texto que lo deja helado: “Rafael está muerto”.