domingo, 8 de noviembre de 2015

1x13: Las apariencias engañan


J09: explícame ahora, qué significa tu aparición y esta gente 
Tte. Ramírez: ¿puedo confiar en ti, Joaco? 
J09: eres mi hermano, si no confías en mí, ¿en quién? Tte. Ramírez: ok, espero no equivocarme, que, a estas alturas, ya no sé quién es de fiar y quién no.
J09: (lo tranquiliza) no sé cómo estarán las cosas afuera, pero debes confiar en mí, soy tu hermano y ese nexo de lealtad es más valioso que cualquier uniforme o piocha. 
Tte. Ramírez: (aún desconfiado) eso espero. 
J09: lo último que supe de ti era que estabas corriendo el rally Dakar, pero que en la competencia te perdiste y eso, me dio lata seguir viendo tele. No le creo nada a los medios tradicionales.
Tte. Ramírez: (sigue sin ceder en su posición) ¿y no te preocupaste de que me haya perdido? 
J09: (muy tranquilo) te conoces el desierto al revés y al derecho, por eso no les creí mucho. Pensé que aparecerías por este lugar 
Tte. Ramírez: ¿nadie se ha comunicado contigo preguntando por mí? 
J09: no, ni mis viejos, ellos han hablado todo el rato con el Ejército para buscarte, pero no habían sabido nada, hasta ahora. 
Tte. Ramírez: (severo) no le digas a nadie que estoy aquí, ni a mis viejos 
J09: pero explícame qué pasó 
Tte. Ramírez: (tratando de decirle la verdad a medias) me secuestraron y logré arrancarme. 
J09: (incrédulo) ¿qué? ¿y esta gente? 
Tte. Ramírez: andan conmigo, y si los dejaba a merced de mis captores, corrían peligro. 
J09: oye, pero no tengo espacio para cuatro acá, si sabes que vivo solo 
Tte. Ramírez: no te preocupes, este paso será sólo para ordenar las ideas y descansar, luego retomaremos el camino.
J09: ¿y dónde piensan ir?
Tte. Ramírez: ahí veremos. Sabemos que no quedan lugares seguros, pero algo encontraremos.
J09: quédense todo el tiempo que sea necesario, pero primero, explícame bien qué mierda pasó acá.
Tte. Ramírez: (cansado) ¿puede ser más rato? Necesito reponer energías, han sido demasiado intensas estas últimas horas, además no he comido bien ni bañado hace varios días
J09: tú sabes que el agua acá es escasa
Tte. Ramírez: sí, lo haré con cuidado. Además, tengo una idea, pero para eso debo ir al pueblo.
J09: oye, y cómo lo harás con la gente?
Tte. Ramírez: por seguridad, yo iré a dormir a la camioneta, y me llevaré a la teniente conmigo. Es la más peligrosa y no le puedo sacar un ojo de encima.
J09: (le hace un gesto de “cochinón”) “peligrosa” le llaman ahora
Tte. Ramírez: (entendiendo el mensaje) no estoy hueveando. Si no fuera porque casi me la como, no estoy vivo. Fue mi vía de escape
J09: ¿y por qué tan peligrosa?
Tte. Ramírez: (se para, y se instala en la puerta) de los 4 que llegamos acá, la única persona que puede hacernos mierda el plan es ella.
J09: ¿la conoces? ¿fue compañera tuya?
Tte. Ramírez: por lo mismo, sé de lo que es capaz.
Ramírez sale de la pieza, mira a Pinto, que aún es un verdadero saco de papas tirada en el sillón, y le da instrucciones a Rafael y el conscripto Vargas
Tte. Ramírez: ustedes se quedarán acá esperando instrucciones. La idea es mañana temprano partir a San Pedro de Atacama, abastecernos, reponernos y ver cómo seguir camino hacia el sur, sin ser descubiertos. De Pinto, me encargo yo
R07: (aún con el fusil de Vargas en la mano, se lo ofrece) ¿lo va a necesitar?
Tte. Ramírez: (lo recibe) sí, con Pinto no me fío. (se lo tercia en la espalda)
SO5: mi teniente, no quiero ser una molestia acá
Tte. Ramírez: tú sabes cocinar, pídele a mi hermano algunos ingredientes y ve qué inventas con eso, necesitamos reponer energías, se viene una travesía importante
R07: ¿y yo?
Tte. Ramírez: duerme, descansa, lo has pasado pésimo por culpa de algunos mandos descriteriados, así que necesitas desenchufarte un rato. Mi hermano te va a pasar frazadas para que te acomodes en el sillón cama, y Vargas, en el otro sillón. Yo me iré a dormir en la camioneta, para no molestar a mi hermano y vigilar a Pinto
Toma a Pinto del sillón, se la lleva en brazos, y sale de la casa, rumbo a la camioneta, Ahí abre el vehículo, la acuesta en el asiento trasero, la tapa con frazadas y cierra las puertas. Él se instala en el volante y no se da cuenta cuando cae dormido.


A las horas, el sol le empieza a llegar en la cara a Ramírez y se despierta, dándose cuenta que Pinto también estaba con los ojos abiertos, pero inusualmente callada. Ya le había retirado la mordaza, pero aún seguía amarrada de pies y manos, así que podría hablar.
Tte. Ramírez: (con el fusil en la mano y mirando por el retrovisor a Pinto) buenos días Estefanía, ¿prefiere desayuno continental o americano?
Tte. Pinto: (entre molesta y asustada) cállate imbécil
Tte. Ramírez: (riendo) molesta la weaita, ¿cierto?
Tte. Pinto: (molesta) explícame qué mierda pasó aquí, y por qué estoy amarrada en la camioneta
Tte. Ramírez: (aún jocoso) se invirtieron los roles Steffi, ahora estás a mi merced
Tte. Pinto: (casi gritando) ¿y el recluta y la escoria humana?
Tte. Ramírez: están bien, a mi cargo, mejor de lo que iban a estar contigo o con mi mayor Ortega. Con cualquiera estarían mejor que contigo
Tte. Pinto: (amenazante) suéltame, sino me pondré a gritar hasta que alguien llegue
Tte. Ramírez: grita lo que quieras, nadie va a venir. Estamos en medio de la nada. Al igual como nos tenías al pobre paisa y a mí
Tte. Pinto: (baja el tono) yo sólo seguía órdenes
Tte. Ramírez: sí, yo también, pero tengo tacto, tino y criterio para aplicarlas. Y torturar gente no está dentro de las posibilidades. Además la información que tenía Manríquez no iba a cambiar en nada su situación, sabía menos que nosotros.
Tte. Pinto: (preocupada) ¿conocías esa información?
Tte. Ramírez: (riéndose) sí, pero la obtuve de la manera tradicional: preguntándole directamente. Y parece que llegué más lejos que ustedes.
Tte. Pinto: (siente que quedó en ridículo) pero si Manríquez nunca quiso hablar
Tte. Ramírez: nunca le preguntaron lo que querían saber, pero, de todas formas, no es nada muy útil para lo que querían confirmar.
Tte. Pinto: ¿qué sabes?
Tte. Ramírez: nada que les interese, ¿qué sabes tú? Yo estuve encerrado, raptado por un grupo de terroristas, y me he ido enterando de lo que pasa afuera por lo que conversas tú o el rastrero de Molina con mi mayor Ortega.
Tte. Pinto: (preocupada otra vez) ¿yo? Solo que hubo un atentado en el metro, y creen que Manríquez ayudó al terrorista a entrar al túnel a borrar las evidencias
Tte. Ramírez: ¿sólo eso?
Tte. Pinto: sí, sólo eso. No me han querido contar más
Tte. Ramírez: ¿y no te suena raro o ilógico lo que me estás contando?
Tte. Pinto: (comprendiendo para dónde va Ramírez) ¿qué me quieres decir?
Tte. Ramírez: que nada de esto calza Pinto: me raptan y son mis propios camaradas. Más encima hacen atentados en Santiago en un país que es súper tranquilo, y de la nada. ¿Qué mierda están ocultando?
Tte. Pinto: (contrariada) la verdad, ¿en serio quieres que te cuente la verdad?
Tte. Ramírez: para eso estamos acá. Además, aquí nadie te va a acusar, estamos solos.
Tte. Pinto: siento que nos están usando. Tú fuiste un argumento más, somos todos peones acá.
Tte. Ramírez: ¿y te parece bien?
Tte. Pinto: (extrañada) ¿y me queda otra opción? Si no hago caso, no voy a llegar a ningún lado.
Tte. Ramírez: o sea, prefieres traicionar tus principios por tu carrera
Tte. Pinto: no he dicho eso
Tte. Ramírez: lo acabas de decir. Si me mandan a hacer algo malo, o en contra de mis principios, prefiero irme a trabajar de guardia a un supermercado. Yo entré a esto por vocación, por amor a la Patria, no por acumular estrellitas como kilómetros Lan Pass.
Tte. Pinto: no seas estúpido, has llegado súper lejos, no puedes tirar todo por la borda
Tte. Ramírez: por lo que estoy entendiendo, estuve secuestrado por mis camaradas. Claramente, mi carrera vale callampa a estas alturas. Y tú eres cómplice, no te hagas la loca
Tte. Pinto: (atacada) ¡pero si yo no sabía nada, sólo me mandaron a cuidar unos prisioneros sin saber nada!
Tte. Ramírez: (irónico) prisioneros de guerra en pleno siglo XXI, cuando lo más cercano a un conflicto bélico son las peleas por el pisco o las pachotadas de los presidentes de los países del norte cuando empiezan a tener problemas internos. Pero hay prisioneros de guerra y son chilenos. Y pasándose por la raja el pacto de Ginebra
Tte. Pinto: (lo para) no me bombardees de información. No pensé, sólo seguí órdenes.
Tte. Ramírez: hay que tener criterio para seguir órdenes. Pero eso se trae de la casa, no se enseña en ningún lado.
Tte. Pinto: (cambiando de tema) ¿y qué piensas hacer ahora? Estamos solos, en el desierto, no creo que la libertad te dure mucho
Tte. Ramírez: (serio) lo sé, y lo tengo todo calculado. Te dejaré en un lugar seguro, avísale a todo el mundo que me arranqué, y yo estaré muy lejos de tu alcance o de cualquiera.
Ramírez enciende el motor, atraviesa el desierto a alta velocidad, y, después de casi una hora de viaje llega a un caserío. Ahí, saca las llaves del auto, se baja, saca a Pinto, la desamarra y ella se pone a gritar como loca.
Tte. Pinto: ¡AYUDA! ¡NECESITO AYUDA! ¡ESTOY SECUESTRADA POR UN MILICO LOCO! (la gente del lugar se asoma por las ventanas)
Tte. Ramírez: (pasando por alto el show) ojalá que alguien te escuche. Acá hay agua, comida, y un bus que viene una vez al día y te lleva a la civilización.
Tte. Pinto: ¿me vas a dejar aquí?
Tte. Ramírez: si no te gusta, te puedo dejar en medio del desierto. Pero, por mucho uniforme y disciplina, vas a durar menos que un candy, así que prefiero dejarte a salvo. Hasta que mi mayor Ortega te interrogue. Chao (se sube a la camioneta y sale a toda velocidad)
Tte. Pinto: (gritándole a la camioneta) ¡ME LA VAS A PAGAR, ARTURO!, ¡TE HARÉ PAGAR POR TODO ESTO, HIJO DE LA GRAN PUTA!
Ramírez se devuelve por donde vino, y en un rato, llega a la casa de su hermano Joaquín, a la salida de San Pedro de Atacama. Ahí, entra a la cabaña y saluda a Rafael y el conscripto Vargas
J09: ¿y qué pasó con la otra oficial?
Tte. Ramírez: la dejé en Caspana. Que llore, que reclame, que diga lo que quiera. Que agradezca que la dejé en un lugar con agua y comida, porque perfectamente podría haberla dejado en el desierto
Vargas y Rafael se atragantaron al oír la noticia
J09: ¿y cuál es tu plan ahora?
Tte. Ramírez: en que alguien la pesque y empiecen a buscarnos, debemos empezar a movernos. Manríquez y Vargas, ¿comieron y durmieron bien?
SO5: sí mi teniente
R07: muy bien, gracias don Joaquín por el apoyo
J09: ¿y qué piensas hacer?
Tte. Ramírez: necesito cambiarme ropa y modificar mi apariencia. Ustedes deben hacer lo mismo
J09: pero mi ropa no te queda buena, eres más fornido y todo…
Tte. Ramírez: no te preocupes, obtuve algo de dinero y compraré ropa en San Pedro. También necesito cambiar mi pinta (se toca la barba), parezco mendigo. Paso piola, pero un rato no más. Me complica que Vargas siga con uniforme, es un blanco demasiado fácil.
J09: yo tengo algo que podría servirle.
Tte. Ramírez: ya, tomen sus cosas, nos vamos a San Pedro. Joaquín, ¿vienes con nosotros?
J09: no, prefiero quedarme aquí a ordenar un poco. ¿Vas a volver a la noche?
Tte. Ramírez: no sé aún. Depende cómo nos vaya en San Pedro. Vamos.
SO5: ¿puedo quedarme acá mi teniente?
Tte. Ramírez: sí, aprovecha de cambiarte ropa y puedes ayudar a mi hermano un rato. Yo traeré comida y pertrechos. ¿Rafael, vienes conmigo?
R07: donde usted diga, mi teniente
Rafael sale del comedor rumbo al vehículo. Ahí, se suben y, en unos minutos, llegan al centro del pueblo, donde la camioneta llama bastante la atención.
Tte. Ramírez: dejaré escondida la camioneta, tengo un conocido acá cerca, y me va a ayudar con la ropa y la pinta. Por mientras, anda a comprar comida (le pasa unos billetes), ya que tenemos un largo viaje por delante. Nos juntamos en una hora más por acá. Cualquier cosa, utilicemos este lugar como punto de referencia. Si ves algo sospechoso y raro, haz escándalo, a estos no les gusta llamar la atención.
R07: sí mi teniente. Igual, no me conoce ni Santa Isabel por acá, así que espero pasar piola. Pero usted, con uniforme y esa pinta, no mucho
Tte. Ramírez: (en tono jocoso) por lo mismo, necesito un “fashion emergency” realmente de “emergency”
R07: no se preocupe teniente, yo me encargaré de comprar harta comida. Oiga, y ¿cuál es su idea?
Tte. Ramírez: ir a buscar a Vargas a la casa de mi hermano y, luego, viajar a Calama. De ahí, tratar de arrancar a Santiago. Si es que no nos pillan antes
R07: lo más seguro es que tengan varios controles en el camino
Tte. Ramírez: mi idea es dejar a Vargas en Calama o alguna ciudad de la III Región, ya que también debe estar a salvo. Y si anda con nosotros, se van a ensañar con él una vez que nos atrapen.
R07: ¿cree que nos van a atrapar?
Tte. Ramírez: es inevitable. Lo que podemos cambiar es nuestro tiempo de libertad, y las posibilidades de desbaratar sus planes. Hay algo demasiado feo y hediondo aquí. Nuestra misión es dejarlo al descubierto. Y si tengo que sacrificar mi carrera o libertad por salvar a mi patria, lo voy a hacer. Mis aliados eran mis enemigos y mis enemigos no eran tan enemigos. Pero eso no me debe confundir. ¿Estoy contigo en esto?
R07: usted me salvó la vida. Y vamos a salir libres de esto. Vamos a llegar a Santiago y les haremos mierda su idea.
Tte. Ramírez: la mejor forma de derrotarlos es sorprenderlos, sacarlos de su esquema, que no sepan con la clase de adversario con la que se están enfrentando. Y eso haremos.
Ambos se bajan de la camioneta, con dirección opuesta. Mientras Rafael busca en un mercado y empieza a comprar agua mineral, galletas y algunas hortalizas, además de pasar a una tienda de ropa americana, típica de estos pueblos chicos, a comprar ropa de cambio, Arturo llega a la casa de un amigo, el cual conoce desde la infancia, quien le pasa una tenida nueva, que lo hace parecer falso chamán, y decide raparse al cero, además recortándose un poco la barba, asemejándolo al doble oficial de Antares de la Luz. En menos de una hora ya estaba de vuelta en la camioneta, mientras Rafael lleva dos bolsas llenas con comida, y su ropa nueva.
R07: (al ver al oficial convertido en hippie) ¿qué mierda pasó aquí?
Tte. Ramírez: (le da risa) ¿te gusta mi look Antares de la Luz?
R07: mientras no se ponga a quemar guaguas ni armar sectas…
Tte. Ramírez: soy militar, algo de sectario tengo. Pero “con respeto”.
R07: ¿vamos?
Tte. Ramírez: vamos, hay que rescatar a Vargas y nos vamos al sur
Llegan a la casa de Joaquín, y, al entrar allí, el hermano del oficial suelta una carcajada al ver la imagen de Arturo
J09: (riéndose) ¿y a qué religión te uniste ahora, hueón?
Tte. Ramírez: mi imagen prusiana alumbraba a kilómetros a la distancia. Ahora parezco turista europeo mochileando por la zona.
J09: ¿qué trajeron?
R07: (le pasa la bolsa) galletas, algo para cocinar hoy, y muchas hortalizas
J09: muchas gracias
Tte. Ramírez: nosotros nos vamos mañana a primera hora, hermano, nos queda un largo camino y más vale que ganemos tiempo.
J09: ¿y dónde van?
Tte. Ramírez: pienso escapar del país. En Chile corro mucho riesgo, así que la mejor forma de estar a salvo es en Argentina o incluso, Bolivia, allá podré estar más tranquilo para planear el regreso.
J09: cuídense mucho, que los andan buscando.
Tte. Ramírez: es la idea
Esa noche hubo una animada velada por parte de los cuatro, ahí Vargas contó un poco más de su historia y su pasión por la cocina; Rafael, de su historia en el metro y los hermanos Ramírez, historias de su infancia.
A las seis de la mañana, Arturo despierta a Vargas y Manríquez, y deciden salir sigilosamente de la casa. En ese proceso, Joaquín se da cuenta, y se levanta raudo, poniéndose en la puerta
Tte. Ramírez: (extrañado) ¿qué sucede hermano?
J09: ustedes no se pueden ir. Necesitan tomar desayuno.
Tte. Ramírez: (intenta correrlo de la puerta) llevamos comida para el camino, no te preocupes.
J09: (impide la salida) no, tienen que quedarse a tomar desayuno
Tte. Ramírez: (entendiendo el mensaje) ¿qué ocultas hermano?
J09: (se quiebra) perdón hermano, pero no puedes salir de este lugar. Vienen por ti, y me amenazaron con hacerle daño a los papás si no te entregaba.
Tte. Ramírez: (sorprendido) ¿pero por qué lo hiciste?
J09: (llorando) ¡No sabes todo lo que tuve que pensar! Realmente me siento mal hermano, muy mal por entregarte
Tte. Ramírez: (se agarra la cabeza) ¿por qué no me dijiste? ¡habríamos inventado algo para escapar!
J09: el duro eres tú, a mí me apretaron un poquito y me derrotaron
Tte. Ramírez: (serio) mis padres estarán bien, sé que van a estar bien y yo me voy a encargar de eso. Pero necesito irme.
J09: (le bloquea la puerta) no, no te moverás de este lugar
Estaban en eso, cuando Manríquez se da cuenta de la situación, y decide patear la puerta, con tanta ¿suerte? que con la manilla de la puerta le pega en la espalda, botando a Joaquín, dándole a Arturo la oportunidad de escapar.
R07: ¡¡vamos teniente Ramírez!
Ramírez sale corriendo, toma la camioneta, y mientras la intenta hacer partir, Joaquín se para y empieza a gritar
J09: ¡SI LE PASA ALGO A MIS VIEJOS, VAS A TENER LA CULPA!
Tte. Ramírez: (contestándole desde la ventanilla del vehículo, pasando por alto ese comentario) ¡GRACIAS POR TODO HERMANO!
Al final, salen Ramírez, Rafael y el conscripto Vargas desde la casa de Joaquín, el hermano del año, rumbo al sur del país.

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