martes, 22 de diciembre de 2015

1x18: En Llamas



A03: (trata de calmarla) ¿y quién eres tú?
B08: (amenazante) ¿te importa? Ya, muévanse el trío de weones, ya, rapidito, y no hagan ninguna tontera, porque se van a arrepentir. Y no hablen
Tte. R: ya, ya, ya, nos movemos
B08: (le acerca el cañón a la cara) ¡LES DIJE QUE NO HABLARAN, MIERDAS!
La joven empieza a arrear a los tres fugados por el borde de la carretera, hasta unos 800 metros al sur de la bomba de bencina. Luego, avanzando por un camino de tierra que da vueltas y vueltas, mientras se iban alejando de la carretera, llegan a una casucha en medio de huertos, con algunos animales, y una camioneta vieja, de estas de feria libre.
B08: no se muevan los weones
Baja el arma, saca un manojo de llaves y abre un candado de un portón
B08: (con el arma, empujando a Arturo, quien encabezaba la comitiva) ya, entren.
Ahí, pasan los tres protagonistas e ingresan a un establo abandonado, muy hediondo, y la chica cierra la puerta con candado.
Tte. R: (a Antonio, silencioso) ¿qué mierda?
A03: (en el mismo tono) no tengo idea, pero huele como el hoyo acá
Tte. R: sí, literalmente como el hoyo
Antonio se asoma a una rendija del portón del establo y trata de observar qué ocurre afuera
A03: no estamos tan lejos de la carretera, allá veo la bencinera
Tte. R: lo que faltaba, una campechana loca y encerrados en un establo pasao a mierda
A03: podría ser peor, a uno lo iban a entregar a su institución y a otro lo iban a violar. Ahora, salvo por el olor a caca recién bañados…
R07: (se empieza a reir) ja ja ja ja ja
A03:(sorprendido) ¿qué pasó?
R07: no salimos de una y caemos en otra.
A03: y vamos a salir de esta, no te preocupes
Entra la mujer misteriosa por la puerta
B08: (sigue con el arma en su mano) ya, un rato más les traeré comida y me van a tener que contar a quién mierda querían asaltar
A03: a nadie
B08: ¿y a quién le robaron esto? (mostrando el fusil) Está bonito, un poquito carreteado
A03: ¿y quién es usted?
B08: (se altera) a ver, las preguntas acá las hago yo.
A03: (se calma) perdón, perdón
B08: ¿qué mierda hacían con un arma en medio de la carretera, saliendo de una bencinera?
Tte. R: andábamos por defensa propia con eso, pero no estamos ni ahí con asaltar a nadie
A03: y queríamos viajar a Santiago
B08: ah!, así que amenazando camioneros con un arma para que los llevaran
R07: (la interrumpe) no, no, nada que ver
Tte. R: la teníamos para defensa, uno nunca sabe como anda la gente
B08: no cacho nada yo, para mí que ustedes andan metido en algo raro, cuenten poh.
A03: no, nada que ver, andábamos mochileando, nos robaron todo, nos encontramos eso, y estábamos pensando venderlo para sacar plata y tratar de volver a Santiago
B08: (lo mira bien) ¿y quién les va a comprar esta weá? Si acá no hay narcos ni robo de animales. Con suerte, se robarán un par de paltas o tomates de alguna plantación.
A03: uno nunca sabe, hay gente que las colecciona…
B08: (se ríe) ¿pero esta weá? Está súper carreteada, hasta parece que ya la dispararon, porque está hedionda a pólvora. (lo revisa por debajo) Pero está sin cargador. ¿a quién se la robaron?
A03: la encontramos tirada por ahí, no cacho si habrá venido con cargador o con municiones, pero la queríamos vender para volver a Santiago
B08: ya no más, yo les traigo comida más rápido, y no hagan ninguna tontera (cierra el portón con candado)
Rafael, Antonio y Arturo se quedan mirando las caras, y ahí, Ramírez, reacciona
Tte. R: oye, ¿y el cargador?
A03: (abre su bolso y retira el cargador con las balas) ¡sorpresa!
Tte. R: (lo hace callar) SSSHHHHT!
A03: (susurrando) de imbécil, sólo la cara (lo vuelve a guardar en su bolso y lo tira a un rincón)
Tte. R: guárdalo Esparza, nos va a servir de llave para salir de acá
La mujer vuelve a abrir la puerta, con una bandeja llena de comida
B08: (bastante cortante) sírvanse, un rato más vengo a buscar las cosas, y quiero los platos vacíos
A03: (le intenta meter conversa) oiga, una consulta
B08: ¿qué pasa?
A03: ¿cuál es su nombre?
B08: me llamo Berta. ¿Contento?
A03: hola, mi nombre es Adrián
B08: ¿el de los Dados Negros? No, voh soi más feo (se ríe sola). Ya, de ahí vuelvo (cierra de nuevo con candado)
Berta deja la bandeja con comida: unos platos de porotos, con unos vasos con jugo y sus respectivos cubiertos
A03: (lo deja de lado) no tengo hambre
Tte. R: yo tampoco
R07: ¿porotos? ¿y nosotros encerrados en medio de la mierda?
A03: esto va a ser demasiado tóxico
Tte. R: ¿ahora te llamai Adrián, Esparza?
A03: sí, y tú te llamarás Alfonso y él se llamará Raúl. ¿Entendido? Si esta loca sabe que nos están buscando, estamos muertos
Tte. R: yo soy el oficial, soy el que da las órdenes acá
A03: y yo el pelotudo que te salvé
R07: (molesto) ¿van a empezar de nuevo?
Tte. R: ya “Adrián”
A03: ya utilicé nombres de comida en clave una vez, así que no me molesta utilizar un nombre distinto
R07: ¿en clave?
A03: sí, hay harto que contar.
Tte. R: (curioso) ¿está muy la cagá en Santiago?
A03: casi, como que está la cagá, pero intentan taparla
R07: yo no supe qué pasó después que me sacaron del metro. Me llevaron en vehículo policial al norte y luego me encontré con él
A03: cuando salí del metro ese día, supe de tu “muerte” y traté de ir al velorio en tu casa. Estuve un rato, me di cuenta del ataúd vacío, y ahí apareció la policía a buscarme. Me aproveché de mi experiencia en el Transantiago y logré arrancar hacia Quilicura. Ahí me rescató un amigo, y vi como la cosa se empezó a poner fea.
Tte. R: ¿qué pasó? Supe de un atentado al metro
A03: sí, hicieron explotar un vagón en Universidad de Chile. No hubo muertos, si hartos heridos, menos mal. Y fue con explosivos de uso militar
Tte. R: (empieza a sacar cuentas) mierda
A03: también intentaron hacer explotar tres buses del Transantiago en Huechuraba. Al final desactivamos dos de las bombas, pero una estalló igual por mala mantención del bus. Y en la última, murió un conscripto que se dio cuenta del objetivo y lo trató de sacar de circulación. Y otro quedó gravemente herido en un hombro, al impedir que intentaran cargar el bus y mandarlo a la calle.
Tte. R: ¿perdón? ¿conscriptos?
A03: sí, y utilizaron el regimiento Buin de central, para trasladar desde ahí el material explosivo a los terminales de buses.
Tte. R: (lamentándose) conchetumadre. Ahora entiendo por qué me querían sacar del camino en Logística. Lo que nunca entendí es por qué mierda me mandaron allá.
A03: no sacamos nada con lamentarnos a estas alturas. Lo único que tenemos que hacer es salir de acá, y llegar al fondo de todo esto. Y no hay otra salida
Tte. R: me sorprende oírte hablando así, Esparza
A03: mira “Alfonso”, si no llegamos y desarmamos todo esto, la otra alternativa es la muerte o escaparnos del país. Y estoy chato de arrancar. Ya aprendí la lección una vez y no voy a cometer el mismo error nuevamente. ¿Estamos claros?
Tte. R: ¿alguna idea?
A03: (mirando por todos lados) este establo se ve poco firme, seguramente algún punto débil debe tener, y ser fácil de arrancar
Tte. R: ¿y el arma?
A03: no le va a servir de nada si yo tengo el cargador. Lo que no sé, es si tiene algún tiro guardado.
Tte. R: y no me gustaría averiguarlo
A03: algo haremos.
R07: ¿y qué hacemos con los porotos?
Tte. R: (los mira de reojo) deja probarlos
A03: yo quedé bien con los completos del servicentro
Tte. R: (se sirve una cucharada, casi mirándolos con asco) mish, no están malos
R07: yo no quiero andar tirándome peos y cagando toda la noche
A03: yo tampoco quiero comer, aparte estoy cagao de sueño. Te acepto el jugo eso sí
Tte. R: ya poh, saca antes que llegue
R07: yo voy a dormir un rato, acomodarme entre la paja. Necesito descansar
A03: yo me quedo haciendo guardia entonces
Tte. R: ¿cuál es tu idea?
A03: esperar un milagro o un error. Las últimas veces, cuando planifico algo, se me va a la mierda
Tte. R: ok, yo descansaré también, pero atento. Cualquier movimiento sospechoso, me despiertas
A03: entendido
Ramírez y Rafael se acomodan en una esquina del establo, mientras Antonio espera atento la llegada de Berta. Luego de algunas horas, escucha una llamada sospechosa.
B08: (desde afuera) ¿aló, carabineros? Encontré a unos tipos armados acá en mi parcela. ¿Cuántos son? Tres, eran tres. Pare’ que iban a asaltar la bencinera, pero no cacho nah. Sí, anote, estoy en la Panamericana acá cerca de la Copec de Llay Llay. Sí, hay un camino interior con un portón de madera verde. Por ahí, gracias (corta la llamada y abre el candado del portón)
A03: mier-da (se tira al suelo y se hace el dormido)
B08: (golpeando) ¿comieron? Ya, le avisé a los pacos, vienen p’acá. Yo no me quiero meter na’ en weás raras, así que ellos se encarguen de ustedes. (Cuando se da cuenta que están dormidos) Ah, filo, que los pacos los despierten (vuelve a salir y cerrar con candado)
Antonio se queda tumbado un buen rato, mientras Ramírez y Rafael seguían durmiendo
A03: (tratando de levantarse rápido, tropieza con algo) ¡conchetumadre!
Tte. R: (despierta con el garabato) ¿qué pasó?
A03: (sobándose del golpe y mientras busca en el piso con qué chocó) esta mina acaba de llamar a carabineros avisando que nos tiene acá
Tte. R: mierda mierda mierda… (sacude a Rafael para despertarlo)
R07: (con modorra) ¿qué pasó?
Tte. R: esta weona llamó a carabineros y nos sapeó
R07: (reponiéndose) ¿qué?
A03: (recoge un rastrillo del piso) ¡Bingo!
Tte. R: (extrañado) ¿qué es eso?
A03: nuestra vía de escape. Se me ocurrió una idea. Pero es riesgosa
Tte. R: a estas alturas, da lo mismo
A03: ¿alguno de ustedes anda con fuego?
R07: (asustado) ¿querís incendiar esto?
A03: (mirando la puerta) no, sólo la puerta.
Tte. R: ¿y cómo? No tenemos combustible
A03: yo sí (saca de su bolso un encendedor, la toalla y la botella de shampoo del servicentro)
Tte. R: y tu plan es…
A03: (toma la botella y se la vacía a la puerta, un poco a la toalla y toma un palo viejo) sólo atento. Y prepárense a correr, así que pónganse en fila detrás mío
Antonio rocía la puerta y utiliza la botella vacía como una molotov, prendiéndole fuego y la lanza con escándalo al viejo portón de madera, ardiendo en el instante.
A03: (toma el rastrillo, para atacar a la puerta) CORRAN CONMIGO! UN, DOS, TRES!!!!
Los tres se tiran al portón en llamas, el cual con el calor había cedido lo suficiente, como para abrirse de par en par, logrando salir. En eso, Antonio tira la toalla empapada al interior de la construcción, para quemarla por completo
B08: (corre despavorida al incendio, con el fusil apuntando a los tres) ¡LOS VOY A MATAR, HIJOS DE PUTA!
Tte. R: ¡CORRAN POR SUS VIDAS!
Berta toma el arma, e intenta disparar, pero como no tenía práctica con el fusil, el único tiro que tenía pasado, se escapó lejos.
B08: ¡ME LAS VAN A PAGAR! (se devuelve a su casa a buscar una escopeta)
A03: píquenla, píquenla (todavía con el rastrillo en la mano y arranca a toda velocidad, en dirección a la autopista)
Tte. R: ¡MIREN!
Los tres miran hacia el fondo y ven que se acercan unas balizas y unas sirenas a su ubicación
A03: ¡VENGAN!
Antonio utiliza el rastrillo para ra levantar el cerco de púas lateral y se meten en un terreno corriendo al norte, en diagonal a la Ruta 5, dejando la herramienta tirada unos metros más allá.
Tte. R: cuidado con las zanjas, como son plantaciones
A03: (saltando los espacios) si caché
R07: (un poco más atrás) ¡espérenme!
Cuando se internan en el huerto, se dan cuenta que los vienen siguiendo con linternas, por lo cual se tiran al piso y se esconden detrás de unos matorrales. Los policías se acercan peligrosamente al lugar donde están escondidos, pero no los notan, y siguen caminando. Cuando observan que no se divisan las linternas y las balizas se alejan, se paran y avanzan, llegando a la carretera. Era de noche, y era la oportunidad perfecta para avanzar y estar en una zona más tranquila. El problema: aún faltaba cruzar la cuesta Las Chilcas, el tramo más complejo del camino restante.
Tte. R: (se revisa los bolsillos y encuentra la bolsa con dinero) menos mal que sigo con la plata acá.
A03: es de noche, no creo que ningún bus nos pare
R07: ¿y algún camión?
A03: menos, van a creer que los vamos a asaltar
Tte. R: la campesina loca se quedó con nuestro fusil
A03: y si se lo quitan y averiguan de dónde salió, cagamos.
Tte. R: por eso hay que llegar pronto a Santiago
A03: tengo un mal presentimiento de nuestra llegada
Tte. R: (irritado) tú y tu negatividad
A03: no es ese tipo de presentimiento. Es otro, sé que vamos a llegar, pero algo me dice que nos vamos a encontrar con más de una sorpresa
Tte. R: ya perdí la capacidad de asombro con todo esto.
De repente, se topan de frente con un enlace
A03: ¡miren! “Bienvenidos a Llay Llay”
Tte. R: busquemos la posta, una plaza, algo, para descansar y salir mañana temprano desde acá
Salen de la carretera, se empiezan a mover hacia el pueblo, y luego de casi una hora, caminando por el borde de la vía férrea, llegan al Hospital de Llay Llay. Ahí, Antonio saca una moneda y llama a Martín, aunque luego de un rato que suena y nadie contesta, levantan el teléfono al otro lado de la línea
I04: ¿aló?
A03: ¿Martín?
I04: (con evidente sueño) no, Ignacio. ¿Quién habla?
A03: Antonio por acá
I04: ¿Toño? ¿Dónde estai? Si querís te voy a buscar
A03: estoy en Llay Llay, estamos bien… ¿está Martín?
I04: (insistiendo) ¿te voy a buscar? Él está bien, pero no está acá ahora.
A03: no es necesario, ¿pero están bien?
I04: estoy a una hora de Llay Llay en auto y la entrada a Santiago está complicada. ¿En qué parte de Llay Llay están?
A03: en el hospital… ¿cómo está Valentina?
I04: está bien también. Vamos a ir los dos a buscarlos. ¿Necesitan algo: ropa, comida…?
A03: ropa de cambio y comida, ¿pero qué sucede?
I04: no puedo decirte nada ahora, pero si ven algo raro, muévanse en el sector. Un rato más estoy por allá
A03: los esperamos
Al final, Antonio, Arturo y Rafael se quedaron en la sala de espera de la urgencia del hospital, entre guaguas lloronas, abuelitos moribundos y un par de mamás sobreprotectoras, descansando luego de una agotadora noche, y esperando lo peor.

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