domingo, 6 de marzo de 2016

2x02: Por el Borde

Amanece otro día más en el puerto, y Rafael se preparaba para su debut como cajero del Jumbo de Valparaíso. Se colocó su uniforme verde, y caminó hasta el local, por el cual entró a través del estacionamiento. Ahí, se presentó con la jefa de cajas, quién le indicó que estaría en inducción durante algunos días, conociendo el funcionamiento de todo el tejemaneje del supermercado. El ex trabajador del metro se encontraba muy entusiasmado, aprendiendo trucos y códigos internos del retail. Fue testigo del trabajo de los guardias, de los reponedores, y, a pesar del ánimo, aún no entraba en confianza suficiente, como para entablar conversación con sus compañeros. A mediodía, aparecieron Antonio y Valentina a hacer las compras, a los que saludó
A03: (muy alegre) ¿cómo va, señor cajero?
R07: bien, ahí me tienen en capacitación, conociendo el empleo, el local, entretenido todo
V05: ojalá que salga todo bien, cualquier cosa, cuenta con nuestro apoyo, aunque no cacho nada de supermercados, caja, monedas, pero igual cuenta con mi apoyo
R07: lo sé. Oye, Antonio, anoche el teniente no llegó a dormir, vi su cama hecha y todo en la pieza tal cual, ¿sabes algo?
A03: (se acerca) anoche se arrancó, se fue a tomar y llegó curao a la casa. Tengo miedo que se haya ido de cassette con alguien en el camino.
R07: igual voy a estar alerta acá, aunque dudo que vengan a comprar a este local
A03: hay que estar atento a todo, uno nunca sabe dónde están los de la organización. ¿Y no te costó conseguir el trabajo?
R07: no, menos mal, cuando me preguntaron por qué me habían dado por muerto, inventé una chiva y mostré todos mis papeles
A03: (nervioso) ojalá con eso no nos delaten
R07: ojalá que no, pero yo creo que van a concentrarse en buscarte a ti y al militar
A03: soy la excusa de estos weones, para tapar sus crímenes
R07: ya, los dejo, que tengo que ir a conocer otro sector del local. Hablamos a la noche
V05: cualquier cosa, nos avisas
R07: a la noche les llevo algo para la once
A03: tengo ganas de comer torta...
V05: (lo interrumpe) pero no abusemos de él, si lleva un día. Además, ahora llevamos hartas cosas ricas para el mes
A03: (la mira con cara de "odio" fingido) quiero torta ahora
V05: ya, no te comportes como cabro chico, nos vemos y mierda mierda
R07: gracias Vale, gracias.
Rafael se pierde por los pasillos, mientras Valentina y Antonio se dedican a revisar etiquetas, cuando, de repente, él oye una voz familiar
Tte. Pinto: ¿aló, sí, mi mayor Ortega? Sí, Pinto acá...
Estaba la teniente Macarena Pinto haciendo las compras, al otro extremo del pasillo, y como habla fuerte, se escuchaba en todo el corredor
A03: (se esconde debajo de un catálogo) habiendo tanto supermercado acá en Valpo y esta mina justo se viene a meter acá
V05: (se sorprende) ¿qué pasó? ¿quién es ella?
A03: (debajo de la guía de compras) ella es la ex de Ramírez, y que anoche me pilló en la Quinta Vergara
V05: (extrañada) ¿y por qué te escondes?
A03: ella fue la que los tenía capturados a él y al Rafa en el norte. Él le calentó la sopa, la sedujo, y logró escapar. Pero no sé qué mierda hace acá en la ciudad
V05: seguramente buscándolos
A03: hay que salir de aquí
V05: pero mira al fondo
Venía Rafael, caminando con su jefa, y pasó por el costado de Pinto, quien estaba tan concentrada en su teléfono, que no se percató. Al pasar al lado de Antonio, él se acerca al oído
R07: ya caché quien es, por eso me voy a control de cajas un rato, hasta que se vaya
A03: yo tengo que salir de acá
R07: tengo una idea, espera un poco
A03: sin demorarse
Rafael camina hacia el control de cajas, saca el micrófono del lugar y llama por altavoz.
R07: (por altavoz) a la señorita Macarena Pinto le informamos que sus documentos se encuentran en módulo de Informaciones
Tte. Pinto: (suelta el teléfono) ¿mis documentos? Ya, voy para allá, se me tienen que haber caído cuando saqué plata en el cajero
Pinto se mueve en dirección al lugar donde estaba Antonio, pero maldiciendo tanto al mundo que no se percató que estaban allí. Cuando sale del pasillo, Antonio se apura, toman el carro con Valentina, y parten a la zona de cajas
A03: (le pasa un billete) toma, paga tú, dale unas buenas monedas al de las bolsas, yo te espero a la salida
V05: (recibiendo el dinero) entendido, pero cuídate
A03: voy a estar en la entrada del Easy, vigilando que esta mina se vaya. Apenas te vea por las escaleras, te voy a buscar
V05: cuídate mucho (le da un beso en la frente)
Antonio corre por un acceso lateral, evitando el módulo de informaciones, donde la teniente Pinto insultaba al personal, ya que no encontraron nada. Estaba en eso, cuando se va del local, bajando por la escalera mecánica, y se pierde con rumbo desconocido. Al ver la escena, y unos minutos más tarde, Valentina baja con su carro lleno de bolsas, siendo rescatada por Antonio
A03: pasó el peligro
V05: menos mal, vamos a casa mejor, tengo hambre y me preocupa que esta mina ande rondando por ahí.
Antonio y Valentina caminan por las calles de la ciudad, rumbo a su casa. En el trayecto, él le explica con más detalles de dónde conoce a Pinto, y por qué es tan peligroso que los descubra.
V05: la mina loca
A03: sí, por eso tengo miedo que sepa que andamos en la zona
V05: y ¿en verdad que andaba con Ramírez?
A03: eso dicen, en la Escuela los vi juntos, y ahora, cuando supe que él se acostó con ella para sacarle las llaves y arrancar de su "cárcel" en el desierto.
V05: bueno, siempre he pensado que para entrar a las Fuerzas Armadas hay que ser un poquito loco
A03: ¿un poco?
V05: oh, perdón
A03: (se ríe) no te preocupes, ya lo tengo asumido
V05: ¿y no extrañas ese mundo?
A03: la verdad que sí, pero viendo el mierdal en el que se convirtió, se me pasó la nostalgia
V05: habrías sido bueno eso sí
A03: (cambiando de tema) pero ya no estoy allá, así que a concentrarnos en lo nuestro
Ambos llegan a casa, abren la puerta, y se encuentran con Daniela, quien iba saliendo de la casa
D02: (muy apurada) no me esperen a almorzar
A03: (irónico) hola, gracias por avisar (se encoge de hombros)
V05: nunca la he entendido mucho
A03: a mí nunca me ha dado confianza
Entran a la casa, y se encuentran con Arturo, de delantal y barriendo la casa
A03: estás de nana, Ramírez?
Tte. R: (tomándose la cabeza) no me hagai reír, que estoy con un tremendo hachazo
A03: anoche te tomaste hasta la molestia, te quedaste dormido en el baño
Tte. R: si sé, si sé, si Ignacio me fue a despertar, y me sacó a patadas
V05: permiso, yo voy a la cocina a guardar las cosas al refrigerador
A03: yo te acompaño
V05: ¿y no le contaste a quién vimos en el supermercado?
Tte. R: (se preocupa) ¿a quién vieron?
A03: (bajándole el perfil) ah, a tu amiga Macarena Pinto, andaba haciendo las compras en el Jumbo
Tte. R: ¿y te vio?
A03: no, pero Rafael se dio cuenta, así que la distrajo y pude salir de ahí.
Tte. R: menos mal
A03: no hables tanto, que anoche llegaste como piojo, y no sabemos si a ti se te escapó algo
Tte. R: no desconfíes, huevón no soy
A03: eso espero
Tte. R: ya, yo me voy a duchar, para salir más rato a correr. No quiero ponerme un chancho de mierda por estar todo el día encerrado
A03: sin exponerse sí, más con la loca dominatrix dando vueltas por el Plano
Ramírez se saca el delantal, se pone ropa deportiva y sale a correr, Dos minutos después, sale Antonio a vigilarlo, ya que algo le decía que tuviera cuidado con el oficial. Arturo corrió un par de kilómetros, y a la altura del terminal de buses, ingresó al recinto. Un par de metros más atrás, Antonio lo miraba. Sin percatarse de la vigilancia, Arturo toma un teléfono público, inserta unas monedas, y marca el número que tenía anotado en un papel.
Tte. R: (impaciente) contesta mujer, contesta
Antonio observa la escena desde lejos
A03: ¿a quién estará llamando este tipo?
Tte. R: (le contestan) aló, Maca, estás ahí
Tte. Pinto: oh, el comando se dignó a llamar
Tte. R: cortito, que estoy en un teléfono público
Tte. Pinto: si no estuvieras metido en esto, tendrías un celular caro y con hartos minutos
Tte. R: necesito que nos juntemos hoy en la noche
Tte. Pinto: (sorprendida) oh!, ¿ya pensaste lo que harás?
Tte. R: por eso necesito conversar contigo
Tte. Pinto: eso mismo te iba a decir. Tienes hasta mañana en la noche, si no, tú y tu amiguito desertor se van a ir a ver la sombra en forma permanente
Tte. R: pero, pero...
Tte. Pinto: pero nada, mañana en el mismo lugar, a la misma hora. Y espero que con buenas noticias, chao (corta)
Tte. R: pero Maca... (corta el teléfono) ¿qué mierda hago?
A03: ¿"Maca"?, ¿este hijo de puta se contacta con Pinto?
Antonio entra al terminal, decidido a encararlo, pero a mitad de camino, decide detenerse, y aguardar con calma, esperando los próximos movimientos del oficial. Ramírez sale del recinto, corre por Pedro Montt y Argentina rumbo a Barón, se sube al metro de Valparaíso, y atrás Antonio esperando que llegara el tren, para seguirlo. Cuando el convoy se estacionó en la estación, Esparza cruzó los torniquetes y entró al vagón contiguo al que se subió Ramírez, para ir haciéndole el seguimiento. El ferrocarril avanzó bordeando la costa, hasta hundirse en la entrada a Viña del Mar. Ahí, Arturo se baja en estación Viña del Mar, y sube a una micro, la que tenía como destino Reñaca y Las Salinas. Este detalle fue observado por Antonio, quien tomó otra de otro recorrido, pero con el mismo destino. El problema es que ambas tenían rutas distintas, por lo cual, un par de metros y un viraje más adelante, le perdió el rastro. Ante esta situación, se resignó, y siguió adentro del bus que lo paseó por todo el centro de Viña del Mar. Al final, al ver la recta Las Salinas, se asomó por la ventana, y justo se topó con el vehículo donde iba Ramírez, al que reconoció bajándose de la máquina a la altura de la Academia Politécnica Naval. En ese momento, se paró rápidamente y tocó el timbre, bajándose pasado la iglesia de los marinos. Antonio miró hacia todos lados, pero no encontraba al oficial a la vista. Prefirió cruzar la avenida Jorge Montt y caminar, llegando hasta la escultura de Rodin regalada por Farkas hace unos años. Ahí, le preguntó la hora a un cadete de la Armada que estaba entrenando. Cuando se acercaba a la playa, sintió que alguien le tocaba el hombro
D02: (molesta) ¿y tú? ¿qué haces acá?
A03: (sorprendido) ¿Daniela? ¿Y tú?
D02: (furiosa) ¿me andabas siguiendo?
A03: (extrañado) ¿a ti? No tenía idea que andabas acá, yo vine a pasear un rato.
D02: no me mientas
A03: ¿qué interés tendría en mentir?
D02: te está buscando medio Chile y vienes a un lugar lleno de marinos a pasear.
A03: (indiferente) sé cuidarme solo.
D02: mejor devuélvete a la casa, acá no hay nada que ver
A03: iré a Reñaca un rato y luego me voy a la casa, chao.
Antonio la deja hablando sola, cruza Jorge Montt y entra al minimarket del servicentro del sector, para pasar al baño. Espera un rato adentro, y cuando por fin va a salir, se da cuenta que Daniela estaba conversando animadamente en una mesa del lugar junto a un oficial de la Armada, por lo cual, se mantiene en la puerta del baño, sin que lo noten.
D02: ¿y qué novedades hay con respecto a los discos duros que traje?
Cap. Abar.: por ahora, nada. No logramos aún dar con las claves de los archivos
D02: yo iba a tener acceso a esos documentos antes, pero Martín los encriptó y se los llevó cuando desapareció
Capitán Abarzúa: ¿y no saben dónde se fue?
D02: no, él de un día para otro dejó el cuartel botado y se llevó todo lo que pudo. Sabía que había alguien infiltrado, y prefirió arrancar para que no lo siguieran
Cap. Abar.: ¿y cómo diste con Esparza y los otros?
D02: Esparza cometió el error de tratar de llamar a Martín desde Llay Llay, y como él ya no estaba, contestó Ignacio. Y él, sin querer, me dijo donde estaban y que iría a buscarlos, para llevárselos a su casa en Valparaíso. Ahí, un par de llamadas y búsquedas en Google, y di con la dirección completa.
Cap. Abar. necesitamos desencriptar esa información, para saber hasta qué punto habían llegado y luego destruir las pruebas
D02: yo estoy trabajando para obtener la clave con la que bloqueó esos archivos.
Cap. Abar.: toma (saca un pendrive del bolsillo). esto te puede servir
D02: ¿qué es?
Cap. Abar.: un virus, el que usamos en algunos computadores de la institución para bloquear la lectura de archivos.
D02: ¿pero ya no intentaron con esos?
Cap. Abar.: sí, pero sólo en equipos institucionales. Prueba si en uno de uso particular funciona.
D02: me da miedo perder todo luego
Cap. Abar.: (la toma de la mano) no te preocupes. Cualquier cosa, nos pasas tu notebook después y te lo dejamos como nuevo
D02: gracias, en serio (mira la hora), ya, me tengo que ir, para no levantar sospechas
Cap. Abar.: ¿y se ha sabido de nuevos movimientos de Esparza y Ramírez? Que se está pagando caro por sus cabezas, y estoy a punto de sacarte la dirección a la fuerza, para ir a buscarlos
D02: sí, pero en el día tratan de no estar en casa, para no levantar sospechas. Ah, y que Ramírez llegó ebrio anoche y terminó durmiendo en el baño.
Cap. Abar.: era buen elemento en el Ejército, qué lástima que haya terminado así
D02: ese va a ser su punto débil. Van a caer por ese lado.
Cap. Abar.: (le da un beso en la mano) espero vernos pronto
D02: (le quita la mano) gracias por todo.
Daniela sale del minimarket con rumbo desconocido, mientras el capitán Abarzúa se para y va al baño, donde se encontraba Antonio. Entra al lugar, se lava las manos, se acomoda su gorra y sale, mientras Esparza se escondía en el WC, mirando por la puerta si habían despejado el lugar. Cuando se asegura que ya está afuera, sale del cubículo, se mira al espejo, se lava la cara y se da fuerzas.
A03: otro traidor más. Ya ni en la propia sombra puedo confiar.
Antonio se retira rápido, camina hacia la calle, luego cruza a la playa, y se instala en una banca en plena costanera. Estaba en eso, cuando se sientan al lado suyo.
Tte. R: (sorprendido) ¿Esparza, qué haces aquí?
A03: (le hace el espacio) vine a recorrer la playa un rato
Tte. R: (lo reta) acá está lleno de motes, te van a pillar rápido, ¿por qué estás acá?
A03: quería conocer el sector
Tte. R: (lo toma del brazo) ya, vamos mejor
A03: ¿y tú, en qué andas?
Tte. R: vine a entrenar para este lado, hay máquinas de ejercicio, más espacio y más tranquilo. Ya, vámonos de acá.
Justo se estaban parando de la banca, y aparece la teniente Pinto, corriendo, desde la otra vereda
Tte. P: ¿Ramírez? ¿Esparza?
Antonio se sacó las zapatillas, las llevó en la mano y corrió en dirección a la playa, arrancó por el borde costero, mientras le perdió la vista a Ramírez y Pinto. Al final, producto de la adrenalina, ni siquiera se dio cuenta, ya había llegado hasta la avenida Perú, en pleno centro de Viña. Se tiró al piso, sin saber qué hacer ni dónde ir. 




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