domingo, 19 de junio de 2016

2x07: Bala cuerda

Con el paso de los días, la vida en el Regimiento Maipo se volvió más tediosa y latera para Antonio y el convicto ¿ex? teniente Ramírez. Eso sí, los pocos ratos libres que tenía Antonio, los ocupaba para ejercitar y entrenarse, ya que tenía el presentimiento que las cosas se pondrían aún más complejas y que tenía que estar listo para lo que viniese. Y eso incluía un amplio abanico de opciones.
Por su parte, Ignacio encontró trabajo haciendo clases de acondicionamiento físico para estudiantes universitarios de varios planteles de la zona, lo que le generó una fuente estable de ingresos, que, aunque no era mucho, alcanzaba para sus gastos básicos.
La situación del país empezaba a normalizarse, y el miedo desaparecía de las calles, lo cual, le quitaba presión a todos los involucrados en este caso, aunque, de forma subterránea, seguía existiendo temor, porque los miembros de la Organización continúan en acción, tratando de buscar a quienes estuvieron a punto de arruinar sus planes.
En la casa de Ignacio, se encontraban Valentina, Rafael y Martín tomando desayuno, conversando los avances.
R07: ¿y has sabido algo de Antonio, Valentina?
V05: sólo lo que hablamos ese día que se fue. Al parecer, está bien, pero tengo la sensación que pronto volveremos a la acción y al peligro
M01: Antonio sabe cuidarse solo. El problema de la Organización es que, a pesar de que creen conocernos, no saben lo que algunas personas son capaces de hacer cuando se encuentran convencidas de sus principios
V05: ¿van a llegar más lejos?
M01: ellos ya fueron capaces de usar al Ejército como piezas de ajedrez, otra vez, y ya se dieron cuenta que la "amenaza" de que quedaran al descubierto se diluyó. Con la desaparición de Antonio y de Ramírez, sus únicas fuentes concretas de información, pueden respirar tranquilos un rato
V05: ¿y alguien sabe donde está Ramírez?
R07: varios milicos van a comprar al supermercado, y varias veces he visto a esta oficial que me tuvo preso en el Norte, pero no he podido cachar más
V05: ¿y ella se dio cuenta que eres tú?
R07: no, porque ahora estoy en la parte administrativa, y cuando la he visto, ha sido a través de cámaras de seguridad, cuando voy a pedir algún dato a los guardias
M01: (se preocupa con este dato) ¿y va muy seguido al supermercado?
R07: así como todos los días, no. Pero sí se da una vuelta de vez en cuando
M01: temo que sospeche algo. ¿En serio que no te ha visto?
R07: no, que yo sepa.
V05: en todo caso, ella sabe que vivimos acá. Lo que no sabe es cuántos vivimos acá.
M01: ¿a quiénes vio?
V05: a Ramírez, a Ignacio y a mí. Temo que a Daniela también.
M01: (la interrumpe) no me hables de esa, que el tema de los discos duros aún sigue penando
R07: ¿y qué puede hacer con esos discos?
M01: es información demasiado sensible. Puede derribar a la Organización, como convertirla en indestructible. Espero que el cifrado y encriptación funcionen bien.
V05: y parece que se fue con un marino, porque eso le alcancé a escuchar por teléfono
R07: en la Armada no creo que puedan descifrar muy fácil esos datos. Son marinos, no informáticos.
M01: no los subestimemos. Estando la Organización detrás, cualquier primera impresión queda corta.
V05: tengo una idea
M01: ¿cuál?
V05: ¿no estamos cerca de los edificios administrativos de la Armada? Algo podríamos obtener de ahí
M01: sí, pero no creo que sean tan idiotas de tener todo acá.
R07: pero sí en Las Salinas. Allá están casi todos los recintos.
V05: yo voy. Estoy aburrida en la casa, ya me cansé de hacer aseo y estar de nana.
M01: yo te acompaño. No hay que bajar la guardia.
Estaban en eso, cuando de repente, suena el teléfono fijo de la casa.
R07: ¿quién será?
V05: yo contesto
Valentina se levanta de la mesa, y toma el teléfono
V05: ¿aló?
A03: ¿Valentina?
V05: ¿Antonio? (se emociona) ¿estás bien?
A03: (tratando de calmarla, pero muy cortante) necesito que me escuches, no tengo mucho tiempo
V05: ¿qué pasó?
A03: yo estoy bien, necesito que ustedes se alejen de Daniela
V05: no te preocupes, ella se fue
A03: (sorprendido) ¿qué?
V05: hace unos días apareció Martín de vuelta. Ella se asustó, pescó los discos duros que traía en la maleta y se escapó.
A03: (se lamenta) se fue todo a la mierda... ¿y mi computador?
V05: sigue escondido. Salvo que alguien más supiera que está ahí.
A03: me dijiste que Martín volvió. ¿Todo bien?
V05: sí, sólo que ahora están rezando que Daniela no desencripte los discos
A03: debajo de la almohada donde estaba yo, por ahí, hay uno de los discos duros. Pásale mi computador a Martín, y él va a saber qué hacer
V05: ¿dónde estás?
A03: no te puedo hablar por ahora, pero estoy bien y a salvo. Y Ramírez tampoco abrirá la boca
V05: (extrañada) ¿Ramírez?
A03: sí, lo tenemos nosotros, y bien cortito.
V05: (aún más extrañada) ¿nosotros? ¿en qué estás metido?
A03: una larga historia. Pero lo importante es que estamos a salvo y que Daniela no tenga acceso a la información. Si logra descifrar esas carpetas, estamos fritos.
V05: (se ilusiona) ¿te veré pronto?
A03: es un peligro que vuelva a la casa. Sé que siguen vigilando por si me aparezco allá, y que el supermercado donde trabaja Rafael también lo están mirando
V05: por eso Rafael dijo que andaban milicos paseándose
A03: (se ríe) son tan evidentes estos weones, no pueden pasar piola. Una vergüenza para la Inteligencia militar. Ya, te dejo, un beso
V05: ¿me volverás a llamar?
A03: sí, pero no guardes este número. Estoy con un chip de celular prestado. Nos vemos.
V05: chao (Antonio le corta)
Valentina camina de vuelta al comedor, con una sonrisa de oreja a oreja
R07: ¿quién era?
V05: adivinen quien...
M01: ya, Antonio Esparza ha vuelto al ataque... (se pone repentinamente curioso) ¿Qué te dijo?
V05: que tuviéramos cuidado con Daniela, porque él ya sabía que ella estaba juntándose con la Armada para tratar de sacar los datos de los discos duros. Ah, y que él estaba bien, y que tenía a Ramírez, pero no pude saber donde estaba él ni con quien
M01: ¿qué más te dijo?
V05: (apuntando a Rafael) que andaban vigilando el supermercado donde trabajas y vigilan la casa
M01: como sospechaba, los de la Organización no han bajado la guardia. Avanzan en sus planes, pero sin tanto ruido
R07: justo ahora que empecé a acomodarme en el trabajo
M01: hay que actuar rápido. ¿Algún dato valioso?
V05: avisó que alcanzó a rescatar uno de los discos duros, pero que estaba escondido en su pieza. Y que tú podrías saber como leerlo.
M01: para eso necesito un computador conocido, que no tenga riesgos de hackeo ni intervención de terceros. ¿Sabes donde quedó el notebook de Antonio?
V05: lo anda paseando Ignacio en su auto...
M01: (se lamenta) se lo pueden robar
V05: ...pero debajo de un asiento. Igual corre riesgo, pero nunca tanto
M01: hay que ir a buscarlo a la universidad
V05: dijo que tenía que ir a hacer clases a otra sede, en Viña del Mar
M01: ¿y no te acuerdas cuál?
V05: no, es que son hartas y se me olvida.
R07: (mira la hora y se levanta de golpe) oh, voy atrasado. Nos vemos más rato
V05: cuidado en el supermercado
R07: ya aprendí la lección, nos vemos! (sale corriendo)
Rafael sale rápido de la casa, sin notar que un auto gris, del año, sin patente, esperaba a unos metros de él. Empieza a moverse lentamente, acercándose al empleado del Jumbo Valparaíso, que con su uniforme verde, se notaba a varios metros a la redonda. Rafael se da cuenta y apura el tranco, a la misma velocidad que el vehículo lo va alcanzando. En eso, Rafael corre y se esconde en un callejón, buscando alguna escalera para poder impedir la persecución. Sigue corriendo, hasta que da con un pequeño pasaje en subida, en eso, de uno de los vidrios del auto sale una mano empuñando una pistola, y empieza a disparar en su dirección. Rafael corre en subida lo más rápido que puede, esquivando las balas, hasta que se mete en una casa. Agitado, con la adrenalina y el temor, hace la señal de la cruz y reza al cielo, esperando algún milagro. Espera unos minutos, trata de asomarse y ve que el vehículo sigue ahí. Estaba en eso, cuando en una casa contigua se abre la puerta y una mano misteriosa lo invita a pasar. Con miedo, se acerca, mirando hacia todas direcciones, y una vez que atraviesa el umbral, una voz misteriosa lo reconoce.
May. Ortega: ¿usted no debería estar muerto?
R07: (horrorizado) ¿y-y-y-y-us-ted?
May. Ortega: (se cierra la puerta y suena una cerradura) usted, legalmente, está muerto. Pero, claro, logró trabajar en un supermercado y esconder a Esparza y Ramírez durante un tiempo. ¿O ME VE LA CARA DE IMBÉCIL?
R07: (tartamudeando) ¿qué-qué-qué-qué-quiere us-us-us-usted?
May. Ortega: por ahora, nada. Ya me diste suficiente información con tu ubicación.
R07: ¿pue-pue-pue-puedo irme?
May. Ortega: (da la orden de abrir la puerta) por supuesto, vaya a cumplir con sus labores
R07: gra-gra-gra-gra-gracias (trata de salir corriendo por la puerta, pero antes de llegar al marco, una pierna le hace zancadilla y lo bota al piso)
May. Ortega: no tan fácil, traidor. Te arrancaste una vez, y no cometo el mismo error dos veces.
Acto seguido, le dispara por la espalda, y le da dos tiros más para rematarlo.
May. Ortega: agradece que no te hice sufrir, hijo de puta.
Ortega pisa el cuerpo casi inerte de Rafael y sale del lugar.

A03: (arriba de la barra donde entrenan los conscriptos) uno, dos, tres...
Tte. Cab: ya, siga ahí no más
A03: (sigue entrenando, subiendo y bajando la barra) gracias por prestarme el teléfono
Tte. Cab: mientras tengas distintas tarjetas SIM, la idea es que no te descubran
A03: ¿y cuánto crees que aguante todo esto?
Tte. Cab: eso quería hablar contigo, supe que van a desmantelar el "Regimiento Quinta Vergara" y se traen todo para acá
A03: ¿con Ortega y Pinto incluidos?
Tte. Cab: me temo que sí
A03: ¿qué mierda hago ahora? Si llegan y me ven, soy hombre muerto
Tte. Cab: ...y Ramírez también. Mi capitán Espinoza está pensando como sacarlos de acá y tenerlos a resguardo
A03: tengo un mal presentimiento
Tte. Cab: yo también. Ya supe que mandaron gente a vigilar la casa donde estabas y un supermercado en el muelle Barón, porque vieron a un cercano tuyo trabajando allí
A03: (deja de entrenar y lo escucha atentamente) también escuché esa conversación, y ya les avisé
Tte. Cab: se están esmerando contigo. No creo que seas ni el más peligroso ni el que les desarme toda su estructura, pero hay una dedicación especial hacia tu persona.
A03: creo que acá en el Ejército, algunos no perdonan que sea alguien que fue parte de sus filas quien pueda dejar al descubierto su complicidad con la organización
Tte. Cab: varios, de la onda de Ramírez y compañía, creen que es vendetta por cómo te trataron adentro
A03: (despreocupado) ojalá fuera venganza, que ganas no me faltan. Y si no, pregúntenle a Ramírez, que aún no sé por qué mierda lo salvé
Tte. Cab: porque, antes que todo, eres persona. Eso que acá no quieren entender.
Estaban conversando, cuando al teniente lo llaman urgente
Cap. Espinoza: ¿aló, Cabezas?
Tte. Cab: ¿qué sucede, mi capitán?
Cap. Espinoza: en este momento, Ortega va rumbo al Maipo. Saquen a Esparza y Ramírez de inmediato de ahí.
Tte. Cab: (se pone nervioso) a su orden, mi capitán (le corta)
A03: (ve raro al oficial) ¿qué te sucedde?
Tte. Cab: (con sangre fría) deben salir de aquí ahora. Ramírez y tú.
A03: (se desencaja) ¿qué mierda hacemos ahora?
Tte. Cab: los enviaremos en una ambulancia militar rumbo a Santiago. En el camino, los dejaremos en una casa en Ciudad de Los Valles, para que no ingresen a la ciudad. Allá tendrán todas sus necesidades cubiertas
A03: ¿y cómo?
Tte. Cab: nosotros estábamos esperando esto, por eso teníamos el plan B listo hace semanas, pero se adelantó.
A03: (se asusta) ¿y Valentina? ¿e Ignacio?
Tte. Cab: estarán bien, sabemos que los están vigilando, pero no creo que Ortega o su gente sean tan evidentes, como para intentar algo en contra de ellos tan abiertamente.
A03: prométeme weón, prométeme que ellos van a estar bien.
Tte. Cab: así será. Es mi honor el que está en juego.
A03: voy a sacar a Ramírez
Tte. Cab: en cinco minutos los quiero en la enfermería con sus cosas listas
A03: entendido, Cabezas
Antonio corre hacia la cocina, donde tenían a Ramírez haciendo el aseo, muy de mala gana
A03: Ramírez, el teniente Cabezas te necesita urgente en la enfermería
Tte. R: (ofuscado) ¿qué mierda hice ahora?
A03: (lo para en seco) escúchame bien, porque aquí las reglas las pongo yo ahora. Debes hacerme caso en todo de aquí en adelante, ya que es tu vida la que está en juego (baja el tono de voz) Ortega y su gente vienen camino al Regimiento, y a nosotros nos van a sacar de Valparaíso ahora mismo.
Tte. R: (cambia la actitud) ¿qué? ¿mi mayor Ortega?
A03: el terror en persona. Sí, viene para acá.
Ramírez deja todo botado, se saca el delantal y juntos corren hacia la enfermería, donde una ambulancia militar los estaba esperando.
Tte. Cab: (les pasa un celular viejo) esto no tiene GPS, no tiene nada raro, aprovéchenlo. Va a ser mi única vía de comunicación con ustedes, cuídenlo y fíjense que no sean descubiertos. Atentos a mis movimientos y llamadas, están claros
Tte. R: gracias Cabezas
Tte. Cab: no hay de qué, Ramírez.
Tte. R: perdón por botarme a choro contigo, no sabía lo que estaba pasando acá
Tte. Cab: (le baja el perfil) no me interesa, al que le tienes que pedir disculpas es a otro, además de la institución
Tte. R: lo sé, y gracias por todo
Ambos se suben a la ambulancia, se meten en las camillas como enfermos y Cabezas los despide. El vehículo sale del recinto por un acceso lateral, mientras, por el acceso principal, llega una 4x4 con vidrios polarizados, con Ortega, Pinto y otros oficiales.
Tte. R: otra vez empezó el escape
A03: (cortante) espero que sea el último